«Nunca se lo he confesado a nadie. Tengo sueños, ¿sabés? Todos tenemos, dijo Ale. Sí, pero los míos son sueños de fútbol». El cuento de Mario Benedetti es aplicable a Paco López (Silla; 19/9/1967), quien a sus 50 años ha logrado cumplir ese sueño infantil que es debutar en Primera división tras 18 años como futbolista y 14 como entrenador.

El nuevo técnico del Levante, que el pasado domingo en Getafe puso fin a una racha de 15 partidos sin ganar, comenzó a entrenar al Villarreal C en el año 2004. Paco López estuvo tres temporadas en el Catarroja (equipo con el que disputó la promoción de ascenso a Segunda B) y pasó por el Benidorm, Alcoyano, Cartagena, Mestalla y Villarreal B. En verano de 2017, firmó por el Atlético Levante. La destitución de Muñiz le abrió las puertas del primer equipo. Y se estrenó en Primera con victoria. Jamás. Ni una sola vez en los 109 años de historia del club, un técnico se había estrenado en el banquillo con una victoria a domicilio en la máxima categoría.

Paco López ha entrenado a los tres mejores filiales de la Comunitat: Valencia, Villarreal y Levante. Por ello, y según cuentan los que bien le conocen, su valor añadido es que «ha sabido trasladar esa ilusión de querer ser, de la que tanto ha hablado con chavales que aspiran a llegar a convertirse en futbolistas, a una plantilla de profesionales».

«Paco es un tipo centrado, sensato, y un entrenador preparado», añaden. Y que con ya dos hijos jugando en Tercera, en el Silla, llega al banquillo del Levante UD con la ilusión de un juvenil. Su principal virtud es que sabe transmitir el mensaje. Más que una revolución táctica, su labor ha consistido en levantar el ánimo de un equipo agarrotado. «Seamos valientes», insistió el técnico. El triunfo ante el Getafe fue una liberación. Y en eso anda. En recuperar la fe. En este proceso de cambiar el estado anímico del colectivo, el triunfo le refuerza para el próximo viernes ante el Eibar.

Ayer, Paco López mantuvo un nuevo diálogo con Rochina, al que dejó fuera de la lista ante el Getafe, y con Pazzini, al que tampoco le dio minutos. Su experiencia le dice que ambos pueden ser útiles. Y los quiere mantener enchufados porque les puede llegar su momento. Como le llegó a él.