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El Hércules de Visnjic se reencuentra ante el colista

El Hércules se sacude la ansiedad y golea al colista Aragón en el debut de Visnjic en el banquillo

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Primera victoria del Hércules de Visnjic

Como el boxeador veterano que busca una última oportunidad para reengancharse al circuito profesional actuó ayer el Hércules en Zaragoza ante el esparrin Deportivo Aragón, un colista tierno y sin maldad que huele ya a Tercera pero que aguantó un asalto a los alicantinos. Los blanquiazules, sabedores de que un traspié en casa del farolillo rojo habría dinamitado la temporada, ahuyentaron de un plumazo los fantasmas pasados y salieron reforzados de cara al crucial partido del próximo domingo ante el Villarreal B.

El debut del serbio Josip Visnjic en el banquillo devolvió la victoria al casillero alicantino dos meses después y sirvió para recortar dos puntos a la zona de play-off que marca un Cornellà que ayer cedió un empate en el modesto campo del Formentera. Lo cierto es que, pese a la poca entidad del adversario, el Hércules firmó una de sus mejores versiones del año: autoritario con el balón, firme en las jugadas de estrategia y con oficio para dejar la portería a cero hasta el minuto 90 a pesar de tener el choque resuelto.

El encuentro, marcado claramente por el fuerte viento, fue un monólogo absoluto de un Hércules que merodeó sin mordiente durante el primer tiempo el área de un filial agazapado y que sólo buscaba auxilio con balones profundos a la espalda de Juanjo Nieto. En uno de ellos casi salta la banca, pero Pol Bueso y Falcón en semifallo evitaron sobre la línea de gol el drama. Un par de minutos antes, Chechu había desperdiciado un remate claro en área pequeña que se marchó alto incomprensiblemente.

Aún con el susto en el cuerpo, el Hércules se recompuso y volvió a embotellar al Aragón, pero David Torres no logró afinar en dos cabezazos seguidos. Lejos de amilanarse, el equipo salió de la caseta intenso y arrolló hasta que el tiralíneas de Miñano entró en escena. El alicantino colocó en el 51' el balón en la escuadra casi sin querer hacerle daño, tras una dejada de espaldas de Torres, insistente y asistente.

Sólo habían pasado tres minutos cuando la pierna caliente de Miñano volvió a trazar un pase imposible a la espalda del lateral zurdo Abel que Juli se limitó a prolongar para que Chechu fusilara sin condescendencia. Ese gesto valiente de tratar de cerrar el partido fue, posiblemente, una de las grandes diferencias que ha logrado insuflar Visnjic en apenas cuatro entrenamientos.

Juntos y presión alta

Desde entonces, el dominio alicantino fue más claro todavía y el Hércules cerró por fin un partido sin temores. A falta de 15 minutos, el capitán Peña, que midió muy mucho sus subidas por banda, hizo buena una galopada y fue objeto de un penalti infantil de Vicente que resolvería el petrelense David Torres; previa charla con Chechu, que le cedió el honor de estrenarse como goleador.

Aún con trabajo por delante, el Hércules de Visnjic exhibió una cara alejada del abatimiento reciente. Ya había hecho insistencia el serbio desde su llegada en ello y el equipo actuó con las líneas más juntas y con la defensa casi en el centro del campo. Algo que sí que le provocó correr en más de una ocasión para atrás, pero que le favoreció en el cómputo general. Con los diez jugadores en apenas 30 metros de campo contrario, al equipo le cundió más una presión alta en la que todavía deben participar más hombres y en mayor sintonía.

Pudo incluso ampliar su ventaja el Hércules con una volea de Óscar Díaz que repelió Jagoba tras un saque de córner de José Fran al segundo palo, pero también verla reducida en un remate del local Nieto que Falcón desbarató con una parada de balonmano.

Semana clave

Muchos fueron los brotes verdes que asomaron ayer en Zaragoza, pero quedan en cuarentena a falta de un rival de mayor enjundia. Uno con ese aura es el Villarreal B, que visita el domingo el Rico Pérez (12.00), quizás demasiado pronto para juzgar las maneras de este nuevo Hércules de Visnjic. Pero la plantilla se encargó durante el inicio de año de afrontar el resto de partidos del curso como un funambulista: éxito o caída al vacío.

Sea como fuere, el Hércules encara por fin siete días tranquilos para preparar a conciencia un partido decisivo que dictaminará, en gran parte, si el equipo puede seguir optando al milagro.

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