Relajado y con la tranquilidad de saber que tardará mucho en volver a enfrentarse a los micrófonos, de los que es poco amigo, Juan Carlos Ramírez confirmó ayer en el Rico Pérez que cede el testigo de la presidencia a Quique Hernández nueves meses después de acceder al cargo. «Me es imposible estar en el día a día de un club que requiere tanta atención, tengo un año por delante con muchos viajes por motivos profesionales y es mejor que haya un presidente a plena dedicación, el Hércules lo merece», explicó con sencillez el empresario vasco en la sala de prensa del estadio.

Ramírez definió a Quique Hernández como una persona que «conoce y quiere mucho al Hércules» y dejó claro que abandona la primera línea por falta de tiempo pero continuará con la misma cuota de poder ya que sigue como accionista y socio de Enrique Ortiz, con el que comparte el 50% de los gastos de la entidad del Rico Pérez. «Realmente no cambia mucho para mí porque mi responsabilidad va a ser la misma, sigo en esta nave con el objetivo de salir cuanto antes de la Segunda B, aunque en esta temporada se nos ha puesto complicado otra vez», reconoció Ramírez, que señaló directamente a los jugadores: «Estamos en sus manos, deben dejar de mirarse el ombligo, correr y sacar esto adelante. No sé dónde está el problema, no creo que sea la falta de nivel porque en todos los equipos que han estado lo han demostrado, yo creo que es un problema anímico o psicológico. Claudio Barragán es un magnífico profesional y no era el culpable».

En este sentido, Ramírez considera que Quique Hernández «puede echar una mano a Javi (Portillo) o dar una palmadita en la espalda al jugador que lo necesite». El empresario vasco calificó como «intensos» los seis meses que ha ejercido como presidente, pero insistió en que el trabajo comenzó «mucho tiempo atrás» y seguirá en un futuro. «Fue simplemente un nombramiento pero llevamos trabajando desde hace mucho para darle viabilidad a este club, algo que seguiré haciendo. Simplemente doy un paso atrás y dejo paso a un presidente que tendrá dedicación total para estar en el día a día. El Hércules así lo demanda y yo no podía cumplir por mis compromisos profesionales», concluyó Ramírez.