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Un sargento de hierro y un expediente de descenso

Claudio dice adiós cuatro meses después tras lograr una sola victoria en los últimos 11 partidos

Un sargento de hierro y un expediente de descenso

Lo peor que le puede pasar a un entrenador es que su equipo no se parezca a él. Y eso le ha ocurrido a Claudio Barragán con el Hércules tras cuatro meses en el cargo.

En poco más de 100 días el equipo es casi un calco al que dejó Gustavo Siviero a mediados de octubre: ramplón, indiferente, sin carácter, aunque con un agravante, que ya sólo quedan 13 jornadas para despedir un curso que comienza a descubrirse como el peor del club en Segunda División B.

Para evitar este peregrinaje del Hércules por la tercera categoría del fútbol español llegó Claudio en otoño y su aterrizaje sí que activó a una plantilla permisiva atrás e inocua arriba. Sus cinco primeras jornadas insuflaron un positivismo que comenzó a desvanecerse sólo un mes después de su llegada. Desde entonces, el Hércules sólo ha sido capaz de ganar en una sola ocasión, en Llagostera en el último partido de 2017.

Dos victorias engañosas

Los dos primeros triunfos de Claudio fueron agónicos, llegaron en el minuto 90 ante Santa Eulalia y Atlético Baleares, pero sirvieron para que el equipo se recompusiera y saliera del letargo en el que se encontraba tras nueve jornadas con Siviero. El equipo atajó su endeblez a balón parado y el lastre de los goles encajados en el descuento. Es más, comenzó a anotarlos él.

Una fortuna que cuando dejó de aparecer dejó al descubierto la verdad que ocultaba: la incapacidad para cerrar ningún partido. Con Claudio el Hércules no ha sido capaz de vencer por dos goles de diferencia en ningún partido; es más, sólo en dos encuentros fue capaz de marcar más de un gol. Y fue en noviembre.

En su haber, que el Hércules con el técnico valenciano sólo fue peor que su rival ante el Alcoyano en el Rico Pérez. Quizá el peor escenario y ante uno de los rivales que más botín se ha llevado ante el Hércules en estos cuatro años en Segunda B. En su debe, que pocas veces fue mejor y la descomposición que ha experimentado la plantilla tras el parón de Navidad. El espejismo de Llagostera, donde el Hércules actuó serio y sin concesiones, se ha difuminado en un 2018 catastrófico, en el que sólo ha sumado cinco puntos en seis partidos.Rey del empate y lejos de todo

Claudio deja al equipo noveno, a ocho puntos del descenso y a siete de la zona de play-off que marca el Cornellà (seis más uno del golaveraje particular). El Hércules ya deambula en tierra de nadie e iguala mayor distancia respecto a la promoción que ya marcó el año pasado en la jornada 29 y en la 15/16, en la sexta.

El ya extécnico blanquiazul no sólo no mejoró los números de Siviero, sino que a base de empates los ha empeorado. El entrenador argentino dejó el equipo a cuatro puntos de la zona noble y ahora el objetivo principal de curso, y sobre el que se construyó este primer proyecto de Javier Portillo en la dirección deportiva, queda ya a tres partidos.

Una mala herencia

Los números y las sensaciones que hereda desde hoy y provisionalmente el interino Carlos Luque Carlos Luqueson trágicos. En los últimos tres meses el equipo lleva números de descenso, sólo cuatro equipos puntuaron menos en este tiempo. Y lo que es peor: ya no tiene el carácter que probablemente comenzó a dejarse tras el primer traspié de Claudio; en el Rico Pérez contra el Saguntino en la tarde negra de Falcón, que concedió dos goles impropios. Paradojas del destino, en el mejor partido de una era Claudio que terminó ayer tras el décimo empate en sólo 16 encuentros.

Si el club persigue la firma de un nuevo entrenador, Carlos Luque aparte, sería la primera vez en 20 años en los que tres técnicos dirigen durante una misma campaña.

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