Cada semana que pasa parece más claro que a este rácano Hércules de Claudio Barragán no le alcanza para pelear por jugar la promoción. De ascenso mejor ni hablar porque suena a broma de mal gusto visto lo visto en el último mes y medio. Los blanquiazules han ganado sólo un partido de los últimos 10 y ayer no merecieron hacerlo en Badalona, donde sólo Juli inquietó al meta Morales con un disparo desde fuera del área en el 53'. Nada más. El día negro de Miñano y el habitual planteamiento táctico conservador del técnico valenciano depararon un espectáculo horroroso del que al menos el Hércules sacó un punto en claro que le acerca algo más a la promoción porque el Cornellà cayó ante el Ebro.
Pese a la revolución de Claudio en el once, con la entrada de los tres refuerzos de invierno más Peña y el castigo a Samuel, la puesta en escena del Hércules fue decepcionante en un campo propicio para imponer su supuesta superioridad debido a las buenas dimensiones y al césped artificial de última generación. Con Paco Candela cumplidor por delante de los centrales, pero Miñano muy desdibujado e incurriendo en pérdidas peligrosas, el Badalona mereció más a los puntos en el primer acto. La ocasión más clara llegó al minuto 12 con un despiste de Miñano que provocó una contra fulgurante de Robert, que se plantó solo ante Falcón pero cruzó demasiado el balón con todo a favor. En la primera parte no hubo más oportunidades claras pero el cuadro local acumuló más llegadas al área, saques de esquina y faltas laterales.
Con Moha y José Fran sin desequilibrio ni presencia por las bandas y Juli desaparecido por detrás de David Torres, la única ocasión blanquiazul en el primer acto fue una falta en la frontal del área que Juanjo Nieto ejecutó demasiado alto.
El errático Hércules pedía cambios a gritos en el descanso pero Claudio no movió ficha y continuó con Miñano como cerebro en la sala de máquinas. En el minuto 53' llegó la única aproximación con peligro real de los blanquiazules en una jugada aislada por la banda derecha que finalmente acabó con el balón en los pies de Juli en la frontal del área. El alcoyano, sin dejarla botar, conectó un derechazo que se marchó rozando el palo. Pero el Badalona era el que rondaba el gol en las numerosas acciones a balón parado que tuvo gracias a los nervios y las prisas de los zagueros blanquiazules, que tenían tanto miedo al error que apostaban siempre por la contundencia mal entendida y los balones largos.
Los experimentados Mikel Santamaría y Pol Bueso no mejoraron a Samuel, aunque al menos defendieron bien los más de diez saques de esquina que tuvieron que defender junto a un Falcón también con dudas.
Achicando agua
En uno de ellos, en el 57', Juli sacó el balón bajo palos y Claudio reaccionó cuatro minutos después con un doble cambio. Dio entrada a Chechu y Pepelu en detrimento de un errático Miñano y un José Fran desconectado. El bajón físico del Badalona y la pausa con el balón que aportó Chechu dieron paso a los mejores minutos del Hércules, pero sin profundidad ni pegada. Para colmo de males, el «9» David Torres vio la segunda amarilla en el 82' al llegar tarde al balón y el Hércules tuvo que conformarse con otro empate más que le hace caer hasta la novena plaza.
Sólo una victoria de los diez últimos partidos es una bagaje más que suficiente para que el director deportivo Javier Portillo se plantee un relevo en el banquillo. Y además Claudio reconoce que los jugadores apenas le hacen caso, porque cada semana repiten los mismos errores.
Pero Portillo ratificó ayer al técnico valenciano y lo fía todo a una reacción el próximo domingo en el Rico Pérez ante el Ebro. Sin los recién fichados Paco Candela ni David Torres, el Hércules debe enderezar el rumbo de manera inmediata. Si no lo hace tocará bajar la persiana antes de tiempo como ya hizo el año pasado.
