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La tortura que no cesa

El Hércules lanza por la borda su ventaja por tercera vez este mes y el Cornellà congela el Rico Pérez con un gol en el 91'

No hay manera. El Hércules se ha malacostumbrando a tirar por la borda puntos que necesita como el comer y ayer repitió el guión de los anteriores partidos de 2018. Y dolió más que nunca porque el gol llegó en el minuto 91 y no ante cualquier rival, sino ante uno directo como el Cornellà. De haber ganado, los blanquiazules se metían de lleno en la pomada, a dos puntos del cuarto y a tres del tercero. Y lo tuvieron tan cerca que el bofetón final fue de lo más cruel, en un centro lateral mal defendido por Connor, Santamaría y Samuel. Se adelantó el Hércules en el 72' gracias a Moha y después calcó los errores de semanas anteriores. Le entró el tembleque, metió el culo atrás y sufrió con el juego directo de un defensivo Cornellà que al final celebró el 1-1 por todo lo alto.

El equipo de Claudio mejoró en intensidad, agresividad y actitud respecto al duelo ante el Alcoyano, pero eso no fue suficiente ya que sigue falto de pegada y oficio. Por eso era tan importante el regreso de Chechu y Peña, que no llegaron a tiempo. Y por ese motivo es incomprensible que el técnico quitara del campo a Juli en el 83' cuando el Alcoyano es de los pocos que no le quema el balón, al tiempo que desahoga y lidera a sus compañeros.

El Hércules ha tirado ya por la borda siete puntos en este inicio de 2018 tras adelantarse en el marcador ante el Olot, Sabadell y Cornellà, además de encajar una derrota innecesaria frente al Alcoyano en el descuento por buscar alocadamente la remontada. Si los blanquiazules no cambian radicalmente esta dinámica, la promoción será misión imposible por más que el fichaje del delantero David Torres salga bien o Portillo haya mejorado al equipo en el mercado de invierno, ya que José Fran acumula ya dos asistencias y un gol, y el alicantino Paco Candela mejora sensiblemente a Checa por delante de los centrales.

El exjugador del Fuenlabrada sentó ayer a Pepelu y destacó en su puesta en escena, sobre todo en la primera parte. El Hércules quiso sacudirse las dudas desde el pitido inicial y conectó con la grada por su agresividad y presión alta. Claudio salió con todo, con Óscar Díaz y Carlos Fernández como referencias ofensivas y Juli escorado a la derecha. Por su parte, el Cornellà tejió una tela de araña en su parcela, con cinco defensas y dejó muy pocos espacios. Los blanquiazules lo intentaron de todas las maneras, pero casi nunca encontraban superioridad y cerraron el primer acto sin disparar con peligro entre los tres palos.

La segunda parte comenzó con una buena recuperación de Juli cerca del área catalana que Carlos Fernández desaprovechó en su internada, ya que intentó sin éxito dos pases a Óscar Díaz. La grada perdió la paciencia y pitó al errático delantero jiennense, que también escuchó música de viento al salir del campo en el 57' en favor del canterano Tarí.

El primer disparo con peligro del Hércules entre los tres palos fue obra de Miñano en el 59', al avanzar metros y probar suerte desde fuera del área. Acto seguido, Paco Candela bajó el nivel, perdió protagonismo y un par de pérdidas rápidas de Samuel en la salida de balón provocaron un descontrol en el juego que no auguaraba nada bueno. Pero justo cuando peor pintaba el panorama llegó el 1-0 en el 72'. José Fran centró desde la izquierda, Tarí desvió el balón y el marroquí Moha se adelantó al central para conectar un derechazo inalcanzable para Craviotto.

A fin de que no se repitiera la historia de los partidos ante el Olot y el Sabadell, el Hércules intentó mantener alejado el balón de su área con la agresividad de sus atacantes, pero las dudas estaban en la retaguardia. Claudio contribuyó al sufrimiento en el minuto 83 con un cambio difícil de entender. Dio entrada al pivote defensivo Navarrete y retiró del campo a Juli, que segundos antes había recuperado un balón que desahogó a sus compañeros. Tan necesitado de oficio y pierna fuerte en los minutos de la verdad, el técnico dejó a su equipo sin su líder y los últimos 10 minutos fueron de auténtico pavor. El Cornellà lo fio todo al juego directo (su «9» León roza los dos metros) y la tragedia llegó en el 91' con un balón servido por el lateral Valentín que León peinó hacia atrás adelantándose a Santamaría. El balón rebotó en Connor y después en Samuel antes de caer en forma de caramelo para que Cortés fusilara a Falcón y helara el Rico Pérez.

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