El Hércules tiembla sin él y Claudio Barragán se aferra a su regreso para voltear un inicio de 2018 que ha dejado al club al borde del desastre. Chechu Flores regresará este domingo a la convocatoria de la final anticipada ante el Cornellà (Rico Pérez, 17.00) tras más de un mes de ausencia por una lesión en el último partido de 2017 en Llagostera. Ayer volvió a dar la cara por el club y apeló al orgullo de cada uno para no volver a tirar por la borda una temporada antes de tiempo.
La lesión
Casi cuarenta días después de su última aparición, Chechu ya cuenta las horas para volver a vestirse de corto, aunque con cierta cautela. «Estoy listo, la semana está siendo por fin normal y las sensaciones, buenas. Estoy entrenando ya con el grupo, pero aún quedan días. El sábado veremos, que es cuando probaré todos los movimientos que se hacen en un partido». Consciente de que la grada y el equipo ansía su reaparición, se pronuncia con tranquilidad: «Es bueno que se acuerden de uno, sé que estamos en una situación jodida porque no estamos consiguiendo lo que queremos y las jornadas pasan y nos entran las prisas y todo son finales».
Racha negativa
Chechu, junto con Paco Peña y el alicantino José Luis Miñano, es el único superviviente de la 14/15, la primera temporada en Segunda División B en esta etapa y conoce de buena mano los errores con los que se tropieza una y otra vez el Hércules: «Estamos repitiendo los mismos fallos que en las últimas tres temporadas, no sé qué pasa exactamente, pero algo estamos haciendo mal porque no es normal. Es un drama, aunque tenemos que centrarnos en darle la vuelta a esto cuanto antes».
Peso pesado
Desde su llegada, los partidos sin él sobre el campo se han convertido en una auténtica prueba de fuego. De treinta y cuatro partidos, sólo cinco victorias; un paupérrimo 15% para una entidad como el Hércules en la tercera categoría del fútbol nacional. «Es cierto que cuando no estoy le doy vueltas a ello y hasta los compañeros me lo comentan en el vestuario, pero no sé si es casualidad». No obstante, Chechu advierte: «Tengo 35 años y no voy a ser eterno, como tampoco Paco Peña, esto hay que sacarlo adelante entre todos».
El extremo jienense sí reconoció que sobre el terreno de juego le gusta llevar la voz cantante del equipo y contagiar carácter a sus compañeros. «En el campo soy un vinagre, intento transmitir todo lo que he aprendido, yo también he tenido 20 años y sé que al final ayuda», deslizó. «Esta situación tiene que tocarnos el orgullo y con él salir de aquí; debemos estar orgullosos de pertenecer al Hércules y de llevar el nombre de la ciudad porque luego cuando te vas de aquí te das cuentas de lo que hay por ahí fuera», confesó.
La final de Cornellà
«No valen excusas, el partido del domingo va a ser de máxima exigencia, es una final y marcará el futuro próximo del equipo». Así, sin paños calientes, catalogó Chechu el choque de pasado mañana ante un Cornellà que marca la cuarta plaza que da acceso al play-off de ascenso a Segunda División y que aventaja a los blanquiazules en cinco puntos. Además, el Hércules debe ganarle el golaveraje particular porque en la primera vuelta perdió allí 1-0.
«Ni se me pasa por la cabeza no ganar, aunque hay que dejar de mirar la clasificación y los resultados de los rivales cuando nosotros no hacemos los deberes. Hay que cumplir ya ante la afición», alertó.
Mercado de fichajes
El miércoles el zaguero catalán Pol Bueso expresó su deseo de que terminara ya el plazo de fichajes del mes de enero porque creaba «intranquilidad y nerviosismo» al equipo. Ayer Chechu Flores no alteró demasiado ese discurso, aunque sí que aceptó que ésa es una de las tantas leyes que sobrevuelan desde tiempos inmemoriales el mundo del fútbol: «Hay que saber convivir con los rumores, estamos expuestos a ellos en el mercado de verano y sobre todo ahora en enero porque hay menos tiempo para encontrar otro equipo en el caso de que tengas que abandonar el club».
Sin embargo, Chechu optó por que el grupo siga trabajando en el campo y se deje de pretextos para enderezar de una vez el rumbo de una entidad con demasiados claroscuros: «Debemos acatar y continuar entrenando porque la gente ya se ha cansado de escuchar excusas».
Presión del Rico Pérez
Pese a que el Hércules, a diferencia de años anteriores, comenzó la temporada sin titubeos en el Rico Pérez, el rumbo como local comenzó a torcerse hace dos meses. Tras tres victorias agónicas (Peralada, Santa Eulalia y Atlético Baleares), los blanquiazules no han vuelto a conseguir los tres puntos en casa. Cuatro partidos seguidos sin victorias; dos de ellos, sonadas derrotas ante Saguntino y Alcoyano. El último triunfo, el ya lejano 5 de noviembre con aquel gol de Peña en su partido 300 como herculano.
«Jugar en casa debe ser una motivación y no una responsabilidad extra que nos reste», aclaraba ayer Chechu. «A mí me gusta jugar en el Rico Pérez y no fuera en esos campos que todos sabemos cómo están en Segunda División B», continuó.
«Estamos jodidos porque querríamos estar más arriba, pero vamos a tratar de sacarlo», culminó.
