¿Se le ha pasado ya el enfado por el batacazo ante el Alcoyano?

Los partidos a veces tienen estos desenlaces crueles y nos dolió a todos, pero estamos obligados a pasar página porque el domingo tenemos que ganar sí o sí en Sabadell. Teníamos mucha ilusión puesta en el partido contra el Alcoyano porque la semana anterior (en Olot) dejamos escapar la victoria en el minuto 85, pero salió todo mal. Ahora sólo pensamos en dar un golpe encima de la mesa en Sabadell.

¿Qué explicación tiene la paupérrima imagen ofrecida?

Realmente no sé qué decir porque durante toda la semana el entrenador nos dejó claro cómo debíamos jugar y luego lo hicimos todo al revés. No entramos bien al partido y cometimos demasiadas pérdidas, ellos se sentían cada vez más cómodos y realmente nunca estuvimos a gusto. Aún así empatamos y yo estaba seguro de que íbamos a tener opciones de ganar. Pero volvieron las prisas y las imprecisiones y al final no fuimos de vacío de manera muy cruel. Esto debe hacernos más fuertes y no podemos repetir los errores.

En Olot parecía corto de gasolina pero contra el Alcoyano se dejó ver más, rozó el gol y dio una asistencia. ¿Cómo se encuentra?

Soy una persona muy exigente y sé que puedo dar mucho más. En Albacete no hice pretemporada porque estaba lesionado (jugó la promoción infiltrado el curso anterior) y después estuve tres meses parado. He notado un poco la inactividad. En Olot tenía malas sensaciones, nunca estuve cómodo, ya contra el Alcoyano me sentí algo mejor, pero aún estoy lejos de mi nivel.

¿Está a un 60%?

Sí, puede ser, no sabría decir una cifra exacta. Pero quiero tener más influencia en el juego, ser importante, ayudar a ganar partidos y devolver la confianza que pusieron en mí a la hora de ficharme.

¿Por qué se decantó por la oferta del Hércules y no por la del Mallorca o el Elche?

Es cierto que tuve otras propuestas muy buenas, pero sinceramente nadie me transmitió tanta confianza como Portillo. Me dijo que había que subir sí o sí, que el proyecto era ambicioso y me quería dentro. Luego hablé con mi mujer, con el representantes y con los amigos, y al final todos coincidían en que el Hércules era lo mejor para mí. A 15 minutos de casa y en un club que es de Primera y tarde o temprano saldrá de Segunda B. Esperemos que sea esta temporada, estamos a tiempo de todo.

Usted es de Santa Pola, donde hay gran tradición herculana...

Sí, lo sé, vivo allí y muchos me han felicitado por el fichaje. De hecho mi tío jugó en el Hércules hace muchos años en Primera (Miguel Sevilla) y por eso me hizo también especial ilusión cuando me llamaron.

¿Le sorprendieron los pitos al equipo el domingo en su primer partido en el Rico Pérez?

No, lo veo normal porque no les gustaba lo que veían en el campo, a mí tampoco me gustó. A mí personalmente me gusta que la grada muerda y sea exigente, yo como futbolista he peleado mucho para llegar a un club grande en el que te exigen y el resto es subir sí o sí. El Hércules no puede estar en Segunda B y es normal que la gente se impaciente. Ojalá estuvieran cantando y animando los 90 minutos, eso nos ayudaría más, pero es utópico.

Usted ya ascendió la pasada temporada con el Albacete. ¿Alguna receta secreta?

La verdad es que teníamos una gran plantilla, compensada y equilibrada, pero el éxito estuvo en el vestuario. Había un gran grupo humano, tipos trabajadores y humildes, lo mismo que me he encontrado en el Hércules. Eso es clave para superar los malos momentos, que a todos los equipos le llegan. Nos pusimos líderes desde muy pronto pero luego tuvimos un bache y perdimos siete u ocho partidos seguidos. Todo el mundo se puso nervioso, pero dentro del vestuario nos hicimos fuertes y remontamos el vuelo. Acabamos líderes y sufrimos el mazazo de perder en la eliminatoria de campeones contra el Lorca de manera muy injusta porque fuimos mucho mejores. Ahí nos volvimos a unir y sacamos adelante las otras dos eliminatorias para subir. Ojalá podamos celebrar aquí lo mismo en junio.

Acabando primero las posibilidades de éxito se multiplican...

Sí, eso es evidente. Subes directo si superas una eliminatoria. Y si la pierdes tienes una bola extra y te reenganchas a la pelea, como nosotros el año pasado. Ahora estamos lejos del Mallorca (14 puntos) pero no debemos obsesionarnos, hay que sacar los tres puntos en cada partido y ver hasta dónde nos lleva eso. Ahora el objetivo es dar un golpe en la mesa en Sabadell, ganar y quitarnos el mal sabor de boca de las dos últimas semanas, en las que hemos perdido puntos en los últimos minutos. Tenemos toda la segunda vuelta por delante y estamos a tiempo de todo.