«Lo más importante es que acabamos el año con muy buenas sensaciones». Ésta fue la reflexión de Raúl Garrido en la previa. El duelo plantea muchas cuestiones: porque el Olot ha mejorado considerablemente desde su llegada (a mediados de noviembre); porque ha sido capaz de neutralizar al líder indiscutible (hasta la fecha) en el Municipal (el Mallorca no fue capaz de hacer un gol, tampoco el Villarreal B); porque en el Martínez Valero estuvo a punto de sacar petróleo, pese a caer derrotado; porque estas últimas cinco jornadas ha habido una reacción palpable en juego y resultados que hace creer a los rojillos en que la salvación, ahora, es posible. Es cierto que siguen metidos en el pozo, también que ya ven algo de luz y, sobre todo, que han armado un equipo sólido para batallar con cualquier rival. Esto con Martín Posse no se dio. Con estas sensación positiva se planta esta tarde el equipo gerundense frente al Hércules. También estará presente en los cocos de los futbolistas locales una autoestima alta. Desde que cuentan con un nuevo entrenador no han perdido en Olot: un empate y una victoria. Al objetivo de poder con uno de los grandes favoritos del grupo no llega Lluís Aspar, por sus molestias. Tampoco Yeray y Moha. Son duda Micaló, Toril, Marc Cosme y Óscar Bastida. No son pocas bajas. De ahí que cualquier ayuda será bienvenida. Masó, Simón, Barnils y Mas deberán seguir teniendo incidencia en ataque, la misma que Ginard en defensa de la portería. Si se dan esas circunstancias es posible que el Olot salga contento. El calendario, que le ha exigido hasta hoy, va a ser más asequible: Sabadell, Badalona, Aragón, Peralada, Peña y Baleares. Con todo ello, no es de extrañar que se haya movilizado la pequeña población para echar un cable en todo lo posible. Porque cualquier balón que entre dentro de la portería de Falcón será celebrado como si se tratara de una final. Están en juego muchas ilusiones. Ahora es el momento de no despegarse de la zona de salvación y una derrota podría ser un golpe complicado de asimilar. La esperanza es que Garrido sepa qué tecla pulsar para que los puntos lleguen con tanta facilidad como lo están haciendo las buenas soluciones. Es buena época para ilusionarse. Pedir (y currar) toca.