Pocos puntos sumará el Hércules más amargos que el de ayer en Olot. La competición brindaba a los blanquiazules la tercera oportunidad de adelantar al Elche y, además, encaramarse a los puestos de promoción, pero un rejón en el 91 hundió en el barro catalán las esperanzas alicantinas. Y nadie esperaba un desenlace así porque es cierto que este Hércules compite mejor con Claudio en el banquillo y concede cada vez menos en el área propia. De hecho, el Olot apenas inquietó a Falcón durante todo el partido pero sacó el colmillo cuando el cuadro alicantino ya se sabía ganador de un duelo muy exigente en el apartado físico.

El choque estuvo indudablemente marcado por la climatología adversa. El campo estaba muy pesado tras varios días de lluvia sin tregua y se puso aún peor tras el descanso, cuando diluvió. Ahí se igualó todo y el Hércules al final regresó anoche a Alicante con un punto a todas luces insuficiente porque sólo hay que echar un vistazo a la clasificación para apreciar que la Liga no espera a nadie y los tres primeros (Mallorca, Villarreal B y Cornellà) no esperan a nadie. Y parece un pésimo negocio jugarlo todo a la cuarta plaza cuando hay por medio rivales como el Elche o el Sabadell, sin ánimo de hacer de menos a los sorprendentes Saguntino y Ontinyent, que no quieren despertar de su sueño.

Ya lo advirtió Claudio: en la segunda vuelta no hay margen de error, cada paso atrás no se puede recuperar y el Hércules tiene que encadenar victorias cuanto antes. Y la primera debe llegar el domingo, en el Rico Pérez, ante un Alcoyano en caída libre.

Al cuadro blanquiazul no se le puede negar ayer ambición en Olot. En la primera parte fue mejor, su presión alta metió en algún aprieto a su limitado oponente, pero realmente sólo generó peligro en una acción de estrategia servida por Pepelu y ejecutada por Connor con un remate de volea desde la fronta del área que rechazó el portero con una intervención de mucho mérito.

El debutante José Fran evidenció su falta de ritmo y chispa en la banda izquierda, mientras que Salinas tampoco carburaba por la derecha. Sólo Juli intentaba combinar y buscar espacios enatre los centrales mientras Óscar Díaz apenas entró en contacto con el balón, dejando claro una vez más que no es un «9» de referencia.

El decorado cambió tras el descanso por la fuerte lluvia que empezó a caer. El campo se embarró aún más y el Hércules le perdió la cara al partido. La ocasión más clara para los locales llegó en el minuto 57 con una buena cabalgada del lateral izquierdo Bigas y su pase al corazón del área se disponía a rematarlo a placer Uri cuando Connor le molestó por detrás y evitó que marcara.

El técnico del Hércules le cambió la cara al ataque con la entrada de Moha y Tarí por José Fran y Óscar Díaz, que pedían el cambio a gritos. Y el efecto fue inmediato ya que el extremo marroquí marcó a los dos minutos de entrar al campo, tres meses después de ser intervenido de la rodilla izquierda. La acción del 0-1 (72') la cocinaron entre Álvaro Salinas y Juanjo Nieto. El canterano habilitó al lateral para que este ganara metros y sirviera un centro tenso que recorrió toda el área hasta que encontró en el segundo palo la pierna izquierda de Moha. El atacante cedido por el Barcelona celebró con júbilo su primer gol como blanquiazul, que valía su peso en oro.

Quedaban 20 minutos por delante y el Hércules cometió el pecado de echarse atrás, renunciar prácticamente al balón y confiarlo todo a la contundencia de sus centrales. Probablemente este paso atrás no fuera intencionado, pero sí la consecuencia de no tener mediocentros con jerarquía que sepan cuándo parar y cuándo atacar.

El doloroso tanto del Olot llegó en un fallo en cadena cuando el duelo agonizaba, ya en el descuento. Pepelu se quitó el balón de encima demasiado rápido y su defectuoso despeje acabó en campo propio y en forma de saque de banda. Connor no incodó lo suficiente al recién ingresado Alfredo, que ganó la línea de fondo y sirvió un centro al corazón del área que encontró al delantero Toril inexplicablemente solo. El joven punta cedido por el Mallorca cabeceó de manera impecable, abajó y ajustado al palo. Imposible para Falcón. Un desenlace cruel para este Hércules que sigue dejando pasar oportunidades. Y puede pagarlo caro.