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2017 Otro año para olvidar

El Hércules despide un 2017 aciago en el que tuvo cuatro técnicos y en el que sólo permaneció seis jornadas en ascenso de las 38 que disputó - La llegada de Claudio enderezó el rumbo del equipo

2017: Otro año para olvidar

El fútbol apenas da treguas y el calendario se traga otro año en el que el Hércules deambuló con mucha más pena que gloria.

A buen seguro ningún herculano recordará este saliente 2017 prácticamente por nada. Las sensaciones son frías y las estadísticas reflejan todavía más mediocridad. Bien es cierto que los dos últimos meses del año han maquillado, en parte, el desastre.

La llegada al banquillo de Claudio Barragán ha espantado de un plumazo la vulnerabilidad: hasta su debut a finales de octubre el Hércules había perdido más veces que ganado en 2017. La tónica cambió y los blanquiazules despiden el año con un balance mínimamente favorable: 15 triunfos y 14 derrotas, más 11 empates. Registros muy alejados, no obstante, de un candidato al ascenso de categoría.

En tierra de nadie

El comienzo del año trajo de nuevo una destitución, como en los dos años anteriores en Segunda División B, si bien algo más tardía. El 5 de marzo Tevenet dejaba el banquillo tras cinco derrotas y un empate en los primeros nueve partidos de 2017. El salvavidas de la Copa del Rey había ido tapando una primera vuelta irregular y el Hércules, a falta de 10 jornadas para el final de temporada, ya andaba desnortado.

Para intentar la épica, un proyecto de la casa. El técnico del filial, Carlos Luque, que había sido segundo entrenador del equipo con Vicente Mir, fue el elegido; pero los números volvieron a arrojar la misma desconfianza. Tres derrotas seguidas en abril ante el Atlético Levante, Villarreal B y Alcoyano alejaron definitivamente al Hércules del play-off. El equipo cerró la 16/17 decorosamente con dos victorias y un empate y la entidad capeó unos meses de zozobra institucional y con un bloqueo que condicionó la planificación del nuevo curso.

El proyecto de Portillo

El primer plan deportivo de Javier Portillo en solitario comenzó con más zancadillas de las previstas, aunque pronto logró convencer a tres jugadores que volvieron a ilusionar a una afición tejida a golpe de desencantos. Los regresos de Falcón y Samuel y el fichaje del alcoyano Juli devolvieron al Hércules la vitola de favorito, condición que para el resto de rivales jamás perdió.

Un par de traspiés al comienzo de la 17/18 provocó que los blanquiazules tuvieran que nadar antes de tiempo a contracorriente y la marea se llevó por delante a Siviero a las nueve jornadas entre derrotas y debilidad. Claudio, su sustituto, instauró la ley de la Segunda B e imprimió al equipo el gen competitivo que siempre le caracterizó. Tras su llegada, el equipo compite y defiende mejor, aunque sigue echando en falta a un goleador.

Unas cifras pírricas

Sólo un jugador fue capaz de superar los cinco goles en todo 2017: el sempiterno Chechu hizo siete en un año en el que pasó más tiempo del deseado en una enfermería que ha batido registros durante estos últimos 365 días. Gaspar, Checa y Miñano -los tres altamente cuestionados desde su llegada- fueron los que más jugaron y Berrocal, el único que consiguió un hat-trick.

El momento más emotivo del año, el gol in extremis del capitán Paco Peña el día de su partido número 300 con el Hércules.

Una vez enderezados varios asuntos extradeportivos, 2018 debe ser el año de lo deportivo.

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