El Hércules prefiere hacer la goma con los puestos de promoción cuando la competición le ha brindado dos oportunidades de oro para asestar un golpe de autoridad en la zona alta. La semana pasada se dejó los tres puntos ante el Saguntino en el Rico Pérez en un partido accidentado y ayer se mostró demasiado conformista ante un Lleida en crisis que venía de sumar 2 puntos de 15.

El conjunto de Claudio Barragán podía haber hecho un destrozo serio en la zaga ilerdense y pese a su discreta primera parte dio dos sustos de muerte, pero José Gaspar no se mostró certero. En el descanso el cuadro alicantino se diluyó incomprensiblemente como un azucarillo. El Lleida se vino arriba, dio un arreón que pudo conducirle a la victoria y esta vez Falcón sí que resultó decisivo para bien con dos intervenciones de mérito.

El Hércules, con todo su arsenal sobre el campo (a excepción del lesionado Chechu Flores), no disparó con peligro en toda la segunda parte, con Juli y Óscar Díaz desaparecidos, y Carlos Fernández peleando de manera estéril.

Con este rácano empate, el Hércules cae de la cuarta plaza y se la cede al Ontinyent, próximo rival en el Rico Pérez el sábado a las 20.30 horas. Ahí no se puede fallar ya, la victoria es obligada para volver a los puestos de cabeza e insuflar ánimos en el vestuario de cara al derbi contra el Elche de la semana siguiente.

El guión de la primera parte respondió fielmente a lo anunciado por Claudio Barragán durante la semana. El Lleida asumía riesgos en la salida de balón, quería siempre salir jugando y el Hércules podía hacer estragos si recuperaba pronto y combinaba con rapidez y precisión en los metros finales. La primera gran ocasión, y la más clara, llegó en el minuto 16 y fue el último servicio del alicantino Miñano, que se lesionó de manera fortuita al intentar cortar el balón. Pese al dolor, el mediapunta envió un balón preciso a la espalda de los centrales que recogió Gaspar dentro del área, pero el extremeño definió mal al cuerpo del meta cuando tenía toda la potería para él.

La lesión de Miñano varió el planteamiento inicial de Claudio, que dio entrada a Carlos Fernández y pasó a jugar con un esquema aún más ofensivo, ya que juntó a sus dos «9» y Juli se escoró a la izquierda. El Hércules desperdició en el 39' una oportunidad inmejorable en un contragolpe de tres blanquiazules contra uno, pero un mal control de Gaspar provocó que el balón se le fuera demasiado largo y la acción acabó de la peor manera: con amarilla al mediapunta por simular una falta en la frontal del área en su intento de ceder a Juli u Óscar Díaz, que estaban solos dentro del área.

El Lleida sólo inquietó a Falcón, en el 33', en una contra provocada por un acción de estrategia mal ejecutada por el Hércules. La rápida transición acabó con un disparo demasiado cruzado del extremo Javi López en buena posición.

Bajón incomprensible

El cuadro alicantino ya sabía qué hilos había que mover para causar un destrozo en el área ilerdense, pero tras el descanso desapareció del mapa por razones difíciles de entender.

El intenso arreón inicial de los locales estuvo muy cerca de costar un gol y sólo dos intervenciones de mérito de Falcón dejaron la meta a cero. En el 52', una falta lateral fue rematada de cabeza en posición inmejorable por el central Eneko, que se encontró con una mano prodigiosa del meta gaditano cuando se cantaba el 1-0. El Lleida encerró al Hércules en los minutos siguientes, con varios centros laterales y saques de esquina, todos bien resueltos por Falcón, que ayer recuperó parte de la confianza perdida tras su mala tarde frente al Saguntino. Igualmente destacó la pareja de centrales Samuel/Pol Bueso.

Claudio quiso parar el vendaval catalán con la entrada de Pedja por un desdibujado Gaspar, pero el canterano volvió a desaprovechar su oportunidad. Sólo aportó voluntad pero muy poco nervio y menos profundidad. Entretanto, los veteranos Juli y Óscar Díaz pasaban absolutamente desapercibidos. El primero apenas entró en contacto con el balón pegado en la banda izquierda y el segundo pedía el cambio a gritos, pero el técnico valenciano no lo sentó hasta el 82', por lo que el canterano Tarí sólo tuvo 10 minutos en los que poco pudo hacer porque el Hércules ya había renunciado claramente al ataque y daba por bueno el punto.

La única aproximación alicantina con cierto peligro llegó en el 77' con un muy buen centro de Juanjo Nieto al corazón del área pequeña que Valiente despejó a saque de esquina, mientras que Samuel remató blando de cabeza, en el 85', una acción de estrategia servida por Pepelu.