Hace 5 días se cumplieron 24 años de la victoria histórica del Lleida al Dream Team de Cruyff. El equipo, entrenado por Mané, se plantó en el Camp Nou último, mientras que el equipo azulgrana era colíder con el Sevilla. El duelo tuvo unas entradas terroríficas de Bakero y Koeman, un penalti parado por Ravnic a Romario y el golazo del lateral derecho Jaime Quesada (por la escuadra a Carlos Busquets). En el conjunto ilerdense jugaba Gonzalo Arguiñano, que dos temporadas después fichó por el Hércules, ayudándolo a subir a Primera División. En una situación inversa, se encuentra en la actualidad Carlos Lázaro. Hace dos cursos defendía la camiseta alicantina y ahora la ilerdense. El canterano del Valladolid quiere seguir los pasos de Ravnic, que dejó un buen regusto tanto en Pucela como en Lleida. Aunque no será hoy, porque se pierde la cita por esguince en un tobillo. En otra realidad, hace una semana, en la Ciudad Deportiva del Valencia, Aitor Núñez (otro viejo conocido) intentó emular a Jaime Quesada pero su disparo, a pierna cambiada, ni adquirió altura ni colocación. Campaba el 0-0 en el marcador, el Mestalla estaba liberado sin Penev y del minuto 74 al 81 hizo tres goles. Sin duda, un palo por las facilidades que se dieron. Por eso, hoy el reto es cortar la racha negativa de cinco jornadas sin ganar. El míster Albadalejo (33 años) ha dicho: «Se comenta que nos falta frescura y yo veo falta de efectividad». Por ese motivo, la directiva se está moviendo con celeridad para cerrar la contratación de un delantero. Atrae la opción de un español que compita en el extranjero. Porque el Lleida no logra hacer un tanto desde hace cuatro partidos. Y su máximo goleador, Jorge Félix (5), lleva negado varias jornadas más, igual que Iván Agudo (4). Si bien es cierto que los locales afrontan el duelo con cierta ansiedad y que ocupan el puesto décimo primero, una victoria les haría superar a los de Claudio. Y es que salvo el liderato, todo está en un puño.