Una vez cumplido su primer mes al frente del banquillo del Hércules, el entrenador Claudio Barragán parece tener ya modelado ese equipo aguerrido, intenso y equilibrado con el que quiere asaltar la promoción de ascenso. A pesar de que las múltiples lesiones musculares que arrastra el grupo le han condicionado, el técnico valenciano sí que ha conseguido revertir la mala racha de resultados -también con una dosis generosa de suerte- y una mejor actitud y mayor implicación de sus hombres. Dos son los jugadores que han pasado a tener un mayor protagonismo con respecto a la anterior etapa del argentino Gustavo Siviero: el lateral izquierdo Connor Ruane y el mediocentro defensivo José Carlos Romero, Checa.

A la chita callando, Connor Ruane James (Manchester, 1993) ha ganado peso específico en el equipo y se perfila como sustituto del capitán Paco Peña, que no jugará hasta el próximo año por una lesión muscular en los isquiotibiales. Su polivalencia le ha abierto las puertas de la titularidad de par en par: en su estreno en Formentera, Claudio le situó como interior izquierdo; frente al Atlético Baleares cubrió a buen nivel la ausencia por sanción del «insustituible» Juanjo Nieto en la banda derecha y en el resto de partidos ha cumplido con creces en su posición natural por la izquierda.

Además, fue determinante en la victoria a domicilio ante el Mestalla al marcar el gol del triunfo (1-2) cuando el Hércules jugaba con 10 por la expulsión de Gaspar. No levanta la voz, no se queja y tiene muy asumida la idea de que el equipo está por encima de los individuos. Contando la Copa del Rey, ya ha jugado este curso seis partidos como titular y tres saliendo desde el banquillo.

«El hambre de Connor y su forma de competir le convierten en un jugador muy aprovechable para este equipo», destacaron ayer desde la direccción deportiva del Hércules, donde recuerdan que el futbolista de origen británico, de 24 años, ya dio muestras de su polivalencia en la campaña 2015-16 durante la promoción de ascenso a Segunda A cuando tuvo que jugar las dos primeras eliminatorias (ante Tudelano y Toledo) como lateral derecho para cubrir la ausencia de Álvaro García. «Ha vuelto más maduro desde su cesión a La Roda y es un futbolista muy válido para este proyecto», añadieron.

Caso distinto es el del sevillano Checa (Dos Hermanas, 1983), que desde el primer día se ha convertido en un fijo para Claudio cuando apenas contaba en la etapa de Siviero y se daba por segura su salida del Hércules en la ventana invernal de fichajes.

Convencido como estaba el nuevo técnico de que este equipo necesitaba aumentar su agresividad y contar con un mayor equilibrio entre líneas, su apuesta por Checa es firme. Puede cambiar su acompañante en el doble pivote -Pepelu es ahora el habitual, aunque también han jugado en ese puesto Miñano y Navarrete-, pero el sevillano es fijo porque aporta el «plus» de agresividad y sentido táctico defensivo que tanto exige el entrenador.

«El equipo necesitaba solidez y el nuevo técnico decidió que Checa podía dar equilibrio y fuerza en el medio, tal y como se ha visto en los último partidos», explicaron desde la dirección técnica blanquiazul. «Y todavía está por verse al mejor Navarrete, que también puede jugar en esa misma posición», añadieron.

Navarrete, que se recupera de una lesión en el bíceps femoral, es una de los cinco ausencias que tiene Claudio para visitar este sábado (20.00) al Lleida. También están lesionados los extremos Moha y Miguel Ángel Nieto y el defensa Peña. Por su parte, Chechu Flores cumplirá su segundo partido de sanción por su expulsión en Mestalla.

La incógnita es el delantero centro Carlos Fernández, que ayer volvió a trabajar al margen del grupo y es seria duda para este partido por el edema que sufre en la tibia. Puede que el ariete de Úbeda viaje con el equipo, pero todo apunta a que Miñano puede repetir en el once por detrás de Óscar Díaz como único punta.