La pizarra de Claudio comienza a ser un valor fundamental en el haber del Hércules. De ella ya han salido los goles que han supuesto las dos victorias del técnico valenciano al frente del club blanquiazul.

El balón parado era una de las tantas tareas pendientes que dejó Siviero en el tintero y ha sido una de las que Claudio ha querido atajar desde el primer minuto. «Hago mucho hincapié en eso, soy muy pesado, cuando los partidos están cerrados el balón parado es importantísimo», aseguró un Claudio que se presentó en Alicante con la célebre frase «somos de Segunda B y tenemos que jugar como tal».

Durante todo el partido se pudieron ver diversas variantes tanto en córners como en faltas, muestra de que el equipo está bien trabajado en esta faceta, aunque las ejecuciones no fueron buenas. Hace una semana fue Samuel con un remate acrobático el que culminó una falta botada al segundo palo. Precisamente la misma jugada se intentó ayer sin premio durante uno de los numerosos envites del Hércules al arco del Atlético Baleares. No obstante, fue un remate de Peña, uno de los no habituales en el remate de este tipo de jugadas, el que desequilibró un choque que nuevamente agonizaba en el 92'. «El gol no era fácil, hay que estar ahí, lo ha marcado el más bajito de la clase», señalaba en rueda de prensa un Claudio que reconoció que fue la única falta que sacaron bien.

«Salvados por la campana»

La de ayer fue la tercera victoria consecutiva que el Hércules logra en el Rico Pérez a partir del minuto 85. Ante el Atlético Baleares Paco Peña pasó de villano a héroe y cogió el testigo salvador que ya adoptaron Samuel hace siete días ante el Santa Eulalia y Tarí contra el Peralada.

Tras el partido, el presidente Juan Carlos Ramírez no ocultó su satisfacción tras el gol en el tiempo de descuento y se limitó a decir: «Salvados por la campana». También el gaditano Ismael Falcón bromeaba al salir de vestuarios: «Un día nos da un infarto a alguno». Y no es para menos. Ayer sacaba pecho Claudio Barragán de que todos los partidos con él los ha terminado el Hércules en área rival y es digno de loa, pero también un arma de doble filo. Mejor llegar a los últimos minutos con los deberes hechos que confiar en unos goles salvadores, que quizás el Hércules mereció antes pero que no siempre suelen llegar.

Pasillo y aplausos en la caseta

Tras el pitido final, Paco Peña saludó a Aulestia, exherculano y suplente ayer con el Baleares, y fue el último en entrar al vestuario, donde ya le esperaban sus compañeros, que le recibieron haciéndole un pasillo como reconocimiento a un guión digno de película de Hollywood. «Era el destino, 300 partidos: 'cagada' y gol. Mejor no se puede contar», reconocía Chechu Flores en la zona mixta. El júbilo estalló en la caseta y se entonó el «ese Paco, cómo mola, se merece una ola» a la entrada del capitán.

Por otra parte, el equipo volverá al trabajo mañana con la baja del juvenil Víctor Olmedo, con un dedo de la mano fracturado.