Primero, el empate ante el Peralada en casa y, más tarde, la derrota ante la Peña. Dos rivales, a priori, asequibles, que se le han subido a las barbas del Atlético Baleares. El Hércules está ante una ocasión estupenda para hacer bueno el puntazo ante el Mallorca y confirmar una recuperación que parece una realidad desde que Claudio Barragán está en el banquillo. En la dinámica opuesta se encuentra el rival, pues lleva una racha de un triunfo en 8 citas. Esta caída libre dejó a De la Morena sin argumentos, porque la imagen ha llamado más la atención que los resultados. Sin estilo propio, ha hecho aguas en todas las líneas del campo. Ni la magia de Xisco ni la pegada de Oliva resultan suficientes. En Santa Eulalia el arsenal ofensivo produjo dos disparos entre los tres palos.

Salir con miedo al Rico Pérez, tal y como está el equipo alicantino ahora, puede ser la peor decisión para salir de la depresión. Por eso es probable que los baleares realicen una tímida presión. De confirmarse, podría pasarlo mal. El sueño de la directiva sigue siendo entrar en play-off. Lo que parece claro es que caer ante los de Barragán les dejaría tocados en esa lucha.

Mallorca, Elche, Villarreal B, Lleida y Hércules son los favoritos a ocupar las cuatro primeras plazas, porque van a fallar menos que el resto. Si otro quiere meterse en la pomada deberá demostrar rebeldía. Saber tapar huecos y mantener una calma inteligente para asestar varios golpes con determinación, puede ser el guión ideal para un grupo diezmado. Igual que apareció Samuel ante la Peña y Chechu frente al Mallorca, los focos en el Atlético Baleares apuntan a Fullana, Xisco, Kike y Gerard Oliva. Si se dan la circunstancias y, al menos, dos están enchufados habrá argumentos para soñar. Una victoria acallaría las intensas quejas del ambiente.