Llevan dos días de trabajo con el nuevo entrenador Claudio Barragán. ¿Qué ha cambiado con respecto a Siviero?

Sólo llevamos dos entrenamientos con el nuevo míster y es verdad que nos ha dicho las cosas muy claras a cada uno sobre el juego que quiere que haga el equipo. Y en los entrenamientos hemos hecho ejercicios de alta intensidad en espacios reducidos y muy físicos. En eso se basa su idea: en apretar, ser intensos y en correr más que el rival.

¿Cuánta culpa del despido de Gustavo Siviero tienen ustedes, los jugadores?

Como el equipo que somos, todos tenemos nuestra parte de responsabilidad. No nos podemos echar el cien por cien de la culpa, pero sí somos muy responsables porque hemos fallado en el campo en cosas que tenían solución y hemos repetido errores en situaciones que habíamos trabajado. Eso es falta de concentración nuestra. Así es el fútbol, es una pena, pero tenemos que sobreponernos. Agradecidos por el trabajo de Siviero y ahora nos toca apretar, dar la vuelta a la situación con el nuevo míster y empezar a ganar partidos.

A título particular, suma tres goles en los nueve partidos de Liga, todos ellos como titular. ¿Está contento con la cifra?

Contento no porque siempre se puede mejorar y quieres que los goles sirvan para dar puntos, pero alguno no ha servido para ello. Lo importante es meter goles que ayuden al equipo. Espero marcar muchos más que aporten puntos y ayuden al Hércules a estar lo más arriba posible.

¿Le costó al principio adaptarse a un club con urgencias históricas como el Hércules?

No creo que me costara adaptarme, sino que me encontré con cosas nuevas. Al llegar aquí descubrí sensaciones distintas a las de otros equipos. El Hércules está en Segunda B pero eso es sólo la categoría porque luego te das cuenta de cómo es el club, grande en todos los sentidos: en cuanto a afición, recursos para entrenar, el cuerpo técnico, el día a día, los fisios, el servicio médico... Es distinto. De modo que no me costó adaptarme; al contrario, todo eso me ayudó y me hizo más fácil venir aquí a jugar.

Da la impresión de que su efectividad de cara a puerta ha mejorado con la llegada del otro delantero Óscar Díaz...

Sí puede ser porque, al final, jugando con un delantero más tenemos más presencia arriba y cuando atacamos con más gente se dificulta el trabajo de la defensa rival y es cierto que ambos nos encontramos a gusto. Y creo que con el paso del tiempo aún estaremos mejor.

En algunos partidos dio la sensación de estar desasistido...

Sí, puede que fuera por la situación del equipo o su estado anímico que llegáramos en ataque menos de lo que debíamos por nuestro potencial. Al final es verdad que el delantero se siente más solo en estas situaciones. Cuando los partidos se presenten así, el trabajo tiene que estar presente y yo siempre intento dar el cien por cien.

En Segunda B es mucho más importante ganar que jugar bien. ¿Está de acuerdo?

Si te centras en el objetivo del ascenso, lo importante es ganar. Al aficionado le gusta que el equipo juegue bien. Este grupo es difícil, sobre todo fuera de casa. Hay campos muy complicados, con césped artificial, superficie irregular, más pequeños y es difícil hacer un juego más vistoso. Hay partidos en los que hay que ponerse el mono de trabajo, jugar en largo y tener más oficio y el equipo debe estar preparado para ello. Y luego en casa, siempre que se pueda jugar, a intentarlo porque tenemos futbolistas para conseguirlo.

Los errores individuales de concentración les han costado demasiados puntos...

Sí; son nuestro mayor debe. Sobre todo fuera de casa nos han penalizado mucho porque hemos perdido puntos y han hecho que el equipo no esté en puestos de «play-off» por el ascenso.

A pesar del flojo inicio, tendrá asumido que el ascenso es el único objetivo...

Sí; está claro. Es nuestra meta, pero es un trabajo que hay que hacer día a día; en todos los entrenamientos y todos los partidos. Ahora debemos centrarnos en el próximo este domingo en Formentera, ganar y coger confianza.

¿Cómo valora la actitud del Rico Pérez? ¿Cree que es hostil?

Es buena siempre que los jugadores le demos motivo. Es verdad que al no estar acertados en muchos momentos de los partidos la afición ha tendido a desesperarse un poco con nosotros. Nos gustaría más que animasen todo el partido porque hay momentos difíciles y con su apoyo es más sencillo. Pero nos lo tenemos que ganar nosotros.