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El portero que se adelantó a su tiempo

El alicantino Gómez defendió la meta del Hércules durante cinco temporadas en los años sesenta

El portero que se adelantó a su tiempo

A finales de los años cincuenta asomaba por La Viña un portero atípico, un joven todavía sin cumplir veinte años que utilizaba mejor los pies que muchos jugadores de campo.

Era Antonio Gómez Navarro (Alicante, 1940), criado en la cantera del Betis Florida y que posteriormente se había enrolado en las filas del Hércules amateur.

En la temporada 1959/60, el equipo alicantino regresaba a los infiernos de la Tercera División veinticinco años después y Gómez comenzó a convivir con el primer equipo, donde destacaban Elizondo, Doro, Castejón, Gijón o un imberbe Luis Aragonés, entre otros. El curso terminó pletórico para los blanquiazules porque los pupilos de Álvaro Pérez regresaron a la categoría de plata sólo un año después de perderla, tras superar en la promoción a Manacor y Hospitalet pero Gómez no llegó a disputar ningún partido oficial.

No obstante, en la primera jornada del curso siguiente, en Segunda División, con veinte años recién cumplidos, debutaría con el Hércules a las órdenes de Saturnino Grech en el estadio jienense de La Victoria, donde los alicantinos cayeron derrotados por cuatro goles a cero. En el conjunto blanquiazul se mantuvo hasta 1964, siempre en Segunda División, categoría en la que lució el escudo del Hércules en 14 encuentros, más dos de Copa. En ese lustro le costó hacerse con la titularidad y se alternó la tarea de defender la portería blanquiazul con guardametas como Ramírez, Menéndez o Bilbao.

Un arquero moderno

Años después, Gómez jugaría en el Tenerife durante cuatro campañas, en el Real Murcia y en la Cultural Leonesa, todas ellas en la categoría de plata del fútbol español. Durante toda su carrera exhibió su gran calidad con el balón en los pies, algo inusual en los porteros de la época, limitados únicamente a actuar con las manos. Que un guardameta se extralimitara en sus funciones era casi un tabú y que el portero golpeara mejor el balón que cualquier otro jugador de campo, algo que no se concebía en el fútbol del puro y la quiniela.

Gómez, por tanto, fue un guardameta moderno, adelantado a su tiempo, tanto que hasta se permitió el lujo de anotar un gol como profesional con el Murcia. Fue en un lanzamiento de penalti en un partido de liga en La Condomina contra el Rayo Vallecano en la temporada 69/70.

Aquel gol fue considerado como una excentricidad por el rival, pero para los que conocían a Gómez no fue más que otro día en la oficina del alicantino, encargado en más de una ocasión de sacar el balón jugado del equipo como hoy presumen porteros por los que se pagan traspasos de tres cifras.

Antonio Gómez falleció el pasado jueves a la edad de 76 años.

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