Cambio de cromos en la medular del Hércules en la semana del inicio liguero. En el mediodía de ayer Nacho Navarrete estampó su unión por un año con el conjunto blanquiazul y hoy ya se ejercitará con sus nuevos compañeros.

El chileno procede del Granada B y es, junto a Pepelu, la penúltima pieza que debería encajar Siviero durante esta pretemporada, a falta de otro delantero, un movimiento que podría decidirse en las últimas horas del mercado.

Un todoterreno

Pese a su tardía incorporación, Navarrete está llamado a ser una pieza insustituible en el esquema del Hércules. Al menos, ésa es la esperanza del club, muy orgulloso del fichaje. «Su llegada supone un salto de calidad», afirmaba Javier Portillo. El chileno, representado por Gino Pozzo, se definió ayer en su presentación como «un mediocentro al que gusta elaborar el juego y también defender». Tras dos campañas en el filial nazarí, apuesta por el Hércules seducido por el proyecto para la 17/18. «Me gusta el desafío del ascenso, llego a Alicante atraído por los jugadores y por un estadio de Primera División», remarcó el chileno.

Navarrete, formado en la Universidad de Concepión chilena, llegó a España en el verano de 2014 de la mano de Pozzo y su primer equipo fue el Cádiz, con el que jugó 35 partidos, dos de ellos contra el Hércules en la promoción de ascenso a Segunda de la 14/15. Tras su aventura en la Tacita de Plata llegó al Granada B, donde ha jugado 69 partidos en las dos últimas campañas, también en el grupo IV de Segunda División B.

Portillo puso en valor su experiencia en la categoría y su versatilidad. «Se trata de un jugador muy contrastado y se adaptará muy bien a cualquier dibujo que plantee Siviero», manifestó. Navarrete, gran dominador del juego aéreo pese a su 1,75, ha sido internacional en categorías inferiores.

Navarrete se incorpora esta mañana a los entrenamientos y Moha y Vilanova lo harán durante la sesión vespertina.