En mayo de 1998, al mismo tiempo que Mijatovic devolvía la corona europea al Real Madrid 32 años después, Pedja Muñoz celebraba su primer cumpleaños ajeno a los éxitos del hombre al que debía su nombre.

Casi por instinto, Pedja Muñoz (Elche, 1997) comenzó a dar sus primeros balonazos con apenas cinco años en la localidad que le vio nacer. A mediados de los noventa, su padre, comercial de Puma, forjó una gran amistad con el delantero montenegrino, al que patrocinaba la firma deportiva alemana, y decidió ponerle su nombre al hijo que estaba en camino.

Hoy, 20 años después, el joven Pedja se asoma al fútbol profesional, es uno de los goleadores del verano del Hércules y sueña con el primer equipo. «Compartir día a día con gente como Peña, Falcón, Chechu o Juli me lo tomo como un reto. Pienso que con trabajo todo puede llegar», asegura.

Al club blanquiazul aterrizó en juveniles de la mano del técnico Jorge Olivares; antes, escaló peldaños por la cantera del Elche desde que era benjamín. «Lo curioso es que comencé de portero, pero un día se necesitaba a un jugador y me puse yo», recuerda. En aquel partido marcó cinco goles y ya no se volvería a enfundar jamás los guantes.

La temporada pasada, en el Hércules B, Carlos Luque le cambió la vida. Al técnico valenciano le debe, en gran medida, la oportunidad de codearse con futbolistas a los que admiraba hace no tanto tiempo. Luque, quien dirigió a Pedja durante buena parte del curso en en el filial, le convocó en abril con el primer equipo para el partido en casa del Atlético Levante, pero no llegó a debutar. «Estaba muy nervioso, espero que este año haya otra oportunidad y dar lo máximo. Es presión, pero hay que disfrutarla», confiesa. Para Luque, ahora en la secretaría técnica del club, Pedja sólo tiene halagos: «Es un entrenador que me ha marcado, si en el futuro se marcha a otro equipo y me llama, no dudaré en acudir», matiza.

De Mijatovic recuerda con nostalgia multitud de anécdotas en la infancia, pese a que ahora ha perdido el contacto. «Estoy seguro de que si me ve o lee mi nombre en la prensa se alegrará; gracias a él conocí a los galácticos del Real Madrid», revela.

Herencia del héroe de la Séptima

«De Mijatovic tengo la garra, la constancia y el trabajo», reconoce Pedja, que fue titular en La Nueva Condomina el miércoles y al que gusta lucir el 8 a la espalda en honor al héroe de la Séptima. Con Siviero el canterano se ha destapado esta pretemporada como un extremo vertical e incluso ha actuado como carrilero. «Yo era delantero, pero ahora juego en banda y me adapto a las variables que me pida el míster», afirma. Pedja pide a la 17/18 debutar con el Hércules y el ascenso a Segunda.

Su «padrino» devolvió la alegría al madridismo tras más de tres décadas. Quién sabe si él será el artífice del regreso del Hércules a la categoría de plata, una espera aún más cruda que la del Real Madrid.