El valenciano Carlos Luque es ahora mismo el mejor situado para acompañar a Javier Portillo en la secretaría técnica del Hércules. Una vez finalizada la temporada, el técnico compatibilizó los entrenamientos del primer equipo con el visionado de partidos de la promoción de ascenso, algo que sigue haciendo. La alternativa del serbio Josip Visnjic sigue sobre la mesa, pero Portillo ya trabaja junto a Luque, hay buena sintonía y le considera «un hombre de club».

Luque llegó al Hércules a mediados de la temporada 15/16 de la mano de Vicente Mir, ya que era su ayudante. Al término de esa campaña, el Hércules decidió no renovar al primer entrenador pero sí le planteó la continuidad a Luque, ya que su trabajo había convencido y era bien valorado por los futbolistas. Dani Barroso y Portillo le situaron en el banquillo del filial de Preferente y ahí cumplió con nota, manteniendo en los puestos cabeceros al Promesas en una categoría «amateur» pero muy dura por la experiencia de los rivales y los malos campos.

La gran oportunidad de Luque, de 42 años, llegó este curso con el tardío despido de Luis García Tevenet, a falta de diez partidos para que Liga acabara.

Juan Carlos Ramírez (por entonces sólo apoderado) no consideró oportuno rascarse el bolsillo y apostar por técnicos más contrastados como Manolo Díaz, Sergi Barjuan, Miguel Álvarez o «Chapi» Ferrer, por lo que le dio la alternativa al valenciano, quien no pudo enderezar el rumbo de un equipo en caída libre y con la confianza por los suelos.

Con Luque en el banquillo, el Hércules firmó cuatro victorias, cuatro derrotas y dos empates, pero el fracaso se consumó ya que el equipo se quedó sin opciones matemáticas de disputar la promoción a falta de una jornada para el final.

Tras el despido de Dani Barroso, Portillo ya dejó claro que necesitaba un compañero de viaje en la secretaría técnica y los primeros nombres que se vincularon al club fueron los de los exjugadores Alejandro Valera y Josip Visnjic. Pero la economía de guerra no permite demasiadas alegrías, de ahí que la opción continuista de Luque pueda ser mejor vista por Ramírez. El presidente repite, en público y en privado, que es partidario de poner toda la carne en el asador en la plantilla y no tanto en los empleados de las oficinas.

Por su parte, Portillo sigue atado de pies y manos pese a que hace un mes que el Hércules dejó de competir. El bloqueo institucional persiste por la falta de acuerdo con Hacienda y porque el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) sigue sin poner fecha a la subasta del 72% de las acciones del club.

El secretario técnico tiene varias operaciones avanzadas pero algunos de los jugadores pretendidos ya le han comunicado que no pueden esperar mucho más y que esperan una propuesta en firme esta misma semana. Portillo debe realizar un mínimo de 8 o 9 fichajes y también debe llegar a un acuerdo para renovar a Paco Peña, Chechu Flores y Miñano.

El meta Falcón, el central Samuel Llorca, el lateral Córcoles o el delantero Carlitos (todos ellos con pasado herculano) están en la agenda del máximo responsable de la parcela deportiva. Pero, por ejemplo, este último tiene sobre la mesa una oferta muy jugosa por dos años del Wisla Cracovia.