La hora de la verdad ha llegado para el Hércules y sus dirigentes, que esperan en un plazo máximo de 48 horas la respuesta de Hacienda a la última oferta realizada para saldar la deuda de 4,2 millones y que incluía el pago de 2 de esos millones por adelantado. El principal obstáculo estriba, según el fisco, en las garantías inmobiliarias dadas por el Hércules para avalar los otos 2,2.

Juan Carlos Ramírez

Juan Carlos Ramírez puede pasar a la historia como el presidente más breve del club blanquiazul, ya que asumió el cargo hace tres semanas y el pasado viernes reiteró en varias ocasiones que se marchará si Hacienda no acepta esta última propuesta. El empresario vasco considera que ha hecho «todo lo posible» al poner sobre la mesa (junto a su socio Enrique Ortiz) 2 millones de euros, casi el 50% de la deuda total, cuando en la oferta anterior se comprometía a desembolsar 500.000 euros y a avalar bancariamente otros 500.000.

Ahora el Hércules espera la respuesta definitiva de Soledad García, máxima responsable de la Dirección General de Grandes Contribuyentes de Madrid, quien hasta el momento se ha mostrado inflexible. La postura de la Agencia Tributaria es clara: exige el pago o el aval de los 4,2 millones. Y no acepta las garantías urbanas pese que Reglamento de Recaudación sí las considera válidas como alternativas al aval bancario.

Amenaza de liquidación

En su rueda de prensa del pasado viernes, Ramírez advirtió de que al Hércules sólo le quedará la vía de la liquidación en el caso de que esta última propuesta vuelva a ser tumbada. «He hecho un esfuerzo brutal y si (la Agencia Tributaria) no acepta esto no veo otra solución que presentar mi dimisión porque yo no voy a poner la firma en el escrito de liquidación del club», señaló el empresario vasco.

El Hércules ha «colgado» en la web del club para que haya «transparencia» y Ramírez pidió a la Agencia Tributaria que acepte los avales personales y trate a la entidad de la misma forma que hace con otras empresas.

Ramírez afirmó que hizo el «bobo» con el pago adelantado hace unos meses de 560.000 euros para poner al Hércules al día, ya que ha quedado demostrado que esa buena voluntad no ha valido para nada.

Por último, y no por ello menos importante, el club blanquiazul incluyó en su propuesta a Hacienda el pago aplazado de la posible sanción de la Comisión Europea (6,8 millones de euros) para evitar sorpresas. Todo parece indicar que la resolución de Bruselas llegará este verano.

Por su parte, Javier Portillo, máximo responsable de la parcela deportiva tras el despido de Dani Barroso y a la espera de que otro técnico entre al club, sigue trabajando en la sombra, pero no puede realizar ninguna operación. Han pasado ya dos semanas desde que el Hércules acabara la Liga y Ramírez ya le advirtió entonces a Portillo que el club estaba bloqueado. La única decisión tomada ha sido la de las bajas, que fue comunicada el viernes a los propios futbolistas. Se marchan del Hércules el portero Chema Giménez, el defensa Albert Dalmau, los centrocampistas Lolo Ortiz y Juanma Espinosa y el delantero David Mainz.