Manuel Illueca, director del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), también conocido como banco del Consell, ha confirmado a este diario que la subasta del 72% de las acciones del Hércules tendrá lugar antes del 30 de junio. Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, empresarios que manejan los hilos del club, acudirán a esta puja pública y confían en adquirir el paquete accionarial por unos 300.000 euros.

A la subasta puede presentarse cualquiera, como ya sucedió con la del estadio Rico Pérez, pero está por ver que alguien quiera asumir las riendas de un Hércules al que se le acumulan peligrosamente las deudas millonarias. El club tiene que pagar o avalar de inmediato 4 millones a Hacienda y probablemente otros 7 si se confirma la sanción de Bruselas por recibir ayudas ilegales de estado. Además, arrastra una deuda de 9 millones del convenio de acreedores y quiere renegociar un nuevo plan de pagos antes del lunes.

La subasta de las acciones es el paso primordial que están esperando Ortiz y Ramírez para avanzar en las en sus negociaciones con la Agencia Tributaria. «No vamos a avalar algo que no es nuestro», repiten ambos desde hace un par de meses. Ahora está por ver si los dos empresarios mejorarán la última oferta presentada al fisco, que fue rechazada en 24 horas. En esta propuesta, el Hércules se comprometía al pago por adelantado de 500.000 euros el primer año y un aval bancario por la misma cantidad para el segundo. Por último, los tres millones restantes estaban avalados con fincas urbanas, extremo que no convence a Hacienda, que exige una garantía bancaria.

El IVF saca a subasta el 72% de los títulos, correspondiente al crédito que tiene contra la Fundación Hércules por el impago de los 18 millones de euros.

La falta de acuerdo del club con Hacienda mantiene al club totalmente bloqueado y sin poder realizar movimiento alguno. Una vez finalizada la Liga, con el fracaso sonado que ha supuesto no clasificarse entre los cuatro primeros, los jugadores cumplen su segunda semana de entrenamientos y Portillo, máximo responsable deportivo tras la salida de Dani Barroso, quiere que el viernes se marchen ya a casa.

Antes desea hablar con cada uno de ellos para comunicarle su situación, algo que ahora mismo no puede hacer porque Ramírez no le ha autorizado. El empresario vasco no aparece por las oficinas del Rico Pérez desde hace casi dos semanas y la impaciencia en la plantilla es notable, ya que debe resolver diferentes asuntos con el nuevo presidente antes de desvincularse del club.