El tiempo corre contra el Hércules y la sombra de la liquidación vuelve a agigantarse. Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, empresarios que controlan el club, siguen sin alcanzar un acuerdo con Hacienda, que exige el aval bancario de 4,3 millones de euros, cantidad que responde al total de la deuda acumulada. Desde el Rico Pérez confirman, con pesimismo y resignación, que el plazo para negociar es cada vez menor y en un par de semanas debe haber una solución. De lo contrario, la Agencia Tributaria podría embargar las cuentas, paso previo a la liquidación. Los dirigentes vuelven a barajar la posibilidad de solicitar la liquidación voluntaria a fin de que los consejeros no tengan que responder con su patrimonio al incurrir en insolvencia culpable.

Ramírez presentó la semana pasada una oferta a Hacienda en la que se comprometía a saldar la deuda mediante el pago por adelantado de 500.000 euros el primer año, un aval bancario para el segundo (de otros 500.000 euros) y garantías hipotecarias de naturaleza urbana de propiedad de los consejeros para el tercero.

Pero pocas horas después fue rechazada esta propuesta porque el fisco quiere un aval bancario por la totalidad de los 4,3 millones. Y de esa posición no se mueve. El Hércules ha vuelto a mover los hilos de las administraciones públicas y cuenta con el respaldo del alcalde Gabriel Echávarri y del presidente de la Diputación César Sánchez, pese a ser de signo político diferente.

Ambos han pedido públicamente esta semana «flexibilidad» a Hacienda y han defendido la solvencia de la última propuesta presentada por el empresario vasco. «Le pido a Hacienda que ya que el club se ha puesto al día y garantiza el pago, porque con estas garantías va cobrar sí o sí, atienda este plan de pagos, porque si no la supervivencia del Hércules vuelve a estar en peligro», afirmaba Echávarri. Y Sánchez, en la misma línea, añadía que ambas partes «deben alcanzar cuanto antes un acuerdo porque este club es importantísimo para la ciudad y para el resto de la provincia por su larga historia y su importante respaldo social».

¿Quién está legitimado para solicitar la liquidación del club?

Lo normal es que sea el propio Hércules el que inste la liquidación voluntaria. Si el club no lo hace, cualquier acreedor que no haya visto satisfechos sus créditos puede pedir la liquidación obligada, aunque no es habitual. Hacienda también está facultada para solicitarla, pero no suele hacerlo. La Agencia Tributaria prefiere la vía de la autoejecución. El fisco apura todas las opciones de cobrar porque una vez decretada la liquidación, ya puede despedirse de la deuda, al igual que el resto de acreedores.

¿Qué efectos inmediatos tiene este proceso sobre la sociedad deportiva?

De entrada, Hacienda puede pedir el embargo y bloqueo de todas las cuentas y del patrimonio del club. Con el agravante de que el embargo es de aplicación inmediata y sin intervención judicial. Quedarían bloqueados todos los pagos e ingresos del club y extinguidos todos los contratos laborales y mercantiles de la Sociedad Anónima Deportiva con terceras personas. El Hércules está en situación de cumplimiento de convenio tras acabar el proceso concursal y cesar la intervención judicial. Si la entidad no puede cumplir los pagos corrientes ni los ordinarios con los acreedores, entra en situación de insolvencia, que le obliga a pedir la liquidación en el juzgado. Con el nivel de activos bajo mínimos que presenta el club, no cobraría nadie tras la liquidación. No obstante, la disolución no es inmediata y tanto los jueces como los administradores concursales suelen dejar un margen para que la sociedad pueda buscar una solución e intentar salir de la situación de insolvencia.

¿Qué responsabilidad pueden contraer los directivos de la entidad?

Sólo tres personas figuran en el consejo de administración recién remodelado del Hércules: el nuevo presidente Juan Carlos Ramírez y los consejeros Miguel Ángel González (director comercial de la empresa de Ramírez) y José León, persona de confianza de Enrique Ortiz. El nombramiento de este nuevo consejo supuso la salida de Carlos Parodi, Valentín Botella y Paco Méndez. La mayor responsabilidad en la que puede incurrir el consejo (en el que no figura Ortiz) es que no pida a tiempo la liquidación y con su inacción pueda agravar el estado de la sociedad al seguir engordando la deuda corriente sin generar ingresos. En el supuesto de insolvencia culpable, responderían de la deuda con su patrimonio personal.

¿Quién toma las riendas de la sociedad en la fase de liquidación?

Con el club ya liquidado, el juez designa un nuevo administrador concursal, que se convierte en liquidador. Normalmente es el mismo que se encargó del concurso anterior. En este caso, Alfonso García Cortés, un profesional muy respetado en el ámbito del derecho concursal que dirigió con éxito el concurso decretado en 2011. Su misión sería la de liquidar los activos del Hércules para, con lo que consiguiera, pagar a los acreedores, pero el club está a cero en cuanto a disponibilidad de bienes. Llegado el momento procesal, el liquidador debe elaborar el informe sobre la calificación del concurso en esta fase de liquidación. En este momento debe enjuiciarse por qué no se ha cumplido el convenio: si la causa es imputable a los administradores o es de carácter incidental, fortuito y no culpable.