Pocas cosas tengo tan claras como que Paco Peña se ha ganado el derecho a decidir cuándo quiere colgar las botas. Más allá de las ocho temporadas seguidas como blanquiazul y sus casi 300 partidos defendiendo el escudo del Negre Lloma, el extremeño, que en julio cumple 39 años, sigue compitiendo con el cuchillo entre los dientes, su principal virtud como pelotero desde que debutara en el Jerez de los Caballeros allá por 1998. Y precisamente carácter ganador, ambición y vergüenza torera es lo que se reclama por estos lares tras la debacle de esta temporada en la que la plantilla ha entrado en la historia negra del club al firmar 15 derrotas en Segunda B. No es menos cierto que el lateral ha perdido la chispa y la verticalidad de las dos últimas campañas, en las que jugaba con una superioridad notable ante sus oponentes, pero los intangibles que transmite son imprescindibles para que este proyecto se sustente sobre cimientos sólidos. Me atrevería a decir que lo mismo sucede con Chechu Flores, a quienes las lesiones han torturado este año pero que sigue poniendo en pie a la grada y gana partidos casi andando. Peña sabe mejor que nadie que el Hércules nunca debió bajar a Segunda B en 2014 y sigue empeñado en retirarse con el equipo alicantino en el fútbol profesional. Entiendo a los aficionados que piden un cambio generacional y que asuma la función de segundo entrenador, la que más le gusta para cuando dé un paso al lado, pero creo que ese momento no ha llegado todavía. Tiene además una última misión que cumplir: formar y hacer mejor a Connor, que regresa tras "hacer la mili" en La Roda. Con él peleará por la titularidad el curso que viene y está por ver qué sucede en el resto de posiciones. Pero más allá de Peña y su futuro, el primer paso para construir el nuevo Hércules lo debe dar ya Juan Carlos Ramírez. Y no en el palco del Martínez Valero como el viernes, sino en un despacho y con Javier Portillo delante. Deben perfilar el equipo de trabajo y empezar a firmar a jugadores con hambre, ilusión y personalidad para defender esta camiseta blanquiazul que luego tanto pesa.