Exactamente 24 horas después de que Dani Barroso anunciara entre lágrimas su marcha forzosa del Hércules, ayer le tocó el turno al presidente Carlos Parodi, quien tampoco pudo reprimir la emoción en su despedida. Pero el mar de fondo en las oficinas del Rico Pérez no queda ahí y el pulso abierto está instalado ahora en la parcela deportiva, con Javier Portillo y Juan Carlos Ramírez como protagonistas principales, mientras que el papel de juez recae en el «jefe supremo» del club, Enrique Ortiz.

El empresario alicantino ha reforzado la figura de Ramírez al dar luz verde a las salidas de Parodi y Barroso, pero ahora debe mojarse para definir el equipo de trabajo que construirá una plantilla prácticamente nueva tras la debacle de la actual temporada. Quedan tres partidos intrascendentes por delante (con el único incentivo de asegurar la presencia en la Copa del Rey) pero en la mente de todos, incluidos los propios jugadores, está ya el próximo curso. Y ahí los caminos de Ramírez y Portillo están, por el momento, separados.

El apoderado, que probablemente la semana que viene sea nombrado nuevo presidente, quiere plenos poderes en todos los estamentos y a nadie se le escapa que le gusta especialmente estar cerca del césped.

Hace ya tres años que quiere reforzar la parcela técnica con la llegada de Paco Martínez, con quien ya coincidió en el Elche y es de su total confianza. Hasta el momento no ha podido, ya que Portillo ha trabajado formando tándem con Barroso. Pero con la mayor cuota de poder que tiene ahora la situación puede cambiar y será difícil que no se salga con la suya.

Ramírez ya ha reconocido públicamente que quiere ver en el nuevo Hércules a jugadores «intensos» y de «pierna fuerte», al tiempo que criticó la poca ambición y el escaso espíritu ganador de la actual plantilla. El fracaso ha sido estrepitoso y el vasco entiende que ha llegado el momento de dar un giro de 180 grados en el vestuario.

El plan de Portillo, a quien Ramírez calificó como «máximo responsable de la parcela deportiva» hace ya varias semanas, pasa por formar una comisión con exherculanos pero todavía está en ciernes ya que con algunos de ellos ni siquiera ha contactado porque no ha recibido la autorización para hacerlo.

El exjugador de Aranjuez ha quedado notablemente debilitado en el club tras las salidas de Barroso y Parodi, sus dos principales pilares, y está expectante ante la decisión que tomen las altas esferas.

Portillo intentó retener a Barroso hasta el último momento, pero Ramírez se mostró intransigente y exigió su salida, por lo que ahora debe formar un nuevo equipo de trabajo.

La plantilla actual sufrirá una remodelación casi total, ya que sólo siete jugadores tienen contrato en vigor y algunos como Jesús Berrocal o Franck Omgba han rendido muy por debajo de lo esperado y tienen todas las papeletas para desvincularse del Hércules a partir del 30 de junio.