El Hércules sigue vivo y el herculanismo recobra el pulso. Afición, club y plantilla recibieron ayer con enorme alivio el nuevo escenario institucional que pone a la entidad blanquiazul en vías de salvación tras eludir la liquidación inminente y superar una de las peores crisis de sus 95 años de historia. El principio de acuerdo alcanzado con Hacienda y las facilidades que puede dar el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para que los empresarios Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez puedan recuperar la mayoría accionarial a cambio de unos 300.000 euros en subasta pública suponen un balón de oxígeno para la supervivencia del club.

«Es el momento de empezar de cero y mejorar todos los aspectos de la gestión», concedió ayer Javier Portillo, el yerno de Ortiz y aliado de Ramírez en la gestión del Hércules. Mientras la plantilla y demás empleados del club se felicitaron por el desbloqueo de la crisis, la afición blanquiazul también respiró tranquila tras días de angustia, hizo «de tripas corazón» con la continuidad de Ortiz y se decantó por dar un voto de confianza a Ramírez como máximo responsable en la parcela institucional y ajeno a los consejos controlados por Ortiz cuya deficiente gestión ocasionó una deuda que sólo con la Hacienda pública llegó a superar los 20 millones de euros. «Es preferible que el Hércules continúe existiendo, aunque sea con Ortiz a bordo, que la desaparición de nuestro equipo», coincidieron en destacar la mayoría de los miembros de las peñas herculanas más activas.

El Hércules volvió a reunirse ayer con representantes de la Agencia Tributaria para avanzar en la redacción del nuevo convenio singular que regule el pago de la deuda con Hacienda, que se ha reducido a 3,8 millones de euros después de que el tándem Ortiz-Ramírez desembolsaran el pasado miércoles 560.000 euros correspondientes a los retrasos desde septiembre en el pago de la cuota del convenio, a razón de 80.000 euros mensuales.

El club confía en que el nuevo acuerdo singular se firme en un plazo de dos a tres semanas, una vez superado el tramo festivo de la Semana Santa. A falta de concretar diferentes «matices», el nuevo convenio tendrá una duración de cuatro años y reduce la cuota mensual a 42.000 euros (504.000 al año) durante las dos primeras anualidades si el equipo continúa en Segunda B. El recorte de los pagos es sustancial, casi del 50% con respecto al convenio vigente desde enero de 2013. En el tercer año de la nueva propuesta del fisco el club deberá pagar el 50% del total de la deuda pendiente y en el cuarto, liquidación completa.

Tras el susto general, el miembro de la comisión deportiva y aliado de Ramírez en la gestión del club, Javier Portillo, no ocultó ayer su satisfacción por solventar la amenaza de la liquidación que planeó los últimos días sobre el Hércules. «Es momento de empezar de cero y hacer mejor las cosas en todos los departamentos», señaló. Además, Portillo recalcó que «Enrique Ortiz quiere mucho al Hércules y a partir de ahora hay que mejorar muchas cosas, en gestión y en todo». «Él sufre cuando el club en el que lleva tantos años no está al nivel esperado», agregó Portillo, que quiso agradecer el trabajo de Gabriel Echávarri: «Ha hecho un gran esfuerzo por intentar ayudar al Hércules». También elogió el esfuerzo «de Juan Carlos Ramírez y de Carlos Parodi en la gestión». «Estoy contento porque ahora se hablará más de temas deportivos, el tema institucional está bastante avanzado y espero que pronto se resuelva», afirmó esta mañana el miembro de la secretaría técnica en el acto de presentación de la ropa de calle del Hércules.

También Miguel Ángel Nieto sintió alivio tras superar el Hércules su crisis institucional: «Estábamos un poco nerviosos pero nos tranquilizaron y dijeron que todo se iba a arreglar, un equipo como el Hércules no puede desaparecer. Esta ciudad se merece como mínimo estar en Segunda».

Por su parte, Juan Delgado, tiene claro que su forma de ayudar es «ganar los partidos».