Salvado en el último instante el «match ball» de la liquidación y presumible de la desaparición, las peñas más activas del Hércules dieron ayer por buena la continuidad del empresario Enrique Ortiz como uno de los hombres fuertes del club a cambio de la salvación de la entidad. La gran mayoría de los representantes de la afición consultados reconocieron que es preferible un Hércules con Ortiz que la desaparición del club y emplazaron a su socio y nuevo inversor Juan Carlos Ramírez a tomar las riendas, romper con la gestión errática del pasado y abrir una nueva etapa de ilusión.
«Hemos vivido dos días de suspense al borde del infarto con las noticias de la desaparición», reconocía, aliviada, Mayte Magariños, presidenta de la Peña Guerreras Herculanas. «Era preferible que Ortiz no continuara, pero en Segunda B nadie vendrá a salvarnos. Más vale un Hércules con Ortiz que la desaparición», añadió Magariños que se felicitó «por la supervivencia del club, del escudo y de nuestra historia» y animó a la afición blanquiazul a seguir alentando al equipo como harán ellas este domingo en Buñol frente al Atlético Levante.
Más crítico, Javier Pérez, de la Peña El Altet, rechazó que Ortiz pueda presentarse como «salvador» porque «él mismo es el causante de la deuda y de los problemas con su mala gestión». Pérez confió en que el club «tome otros derroteros con Ramírez porque en Segunda B se ha mejorado la gestión, se ha visto algo la luz y se puede transmitir algo de ilusión».
Enrique Tébar, presidente de la Asociación Herculanos, se mostró muy crítico con la continuidad de Ortiz y pidió «las mismas oportunidades y facilidades de pago para cualquier inversor que tenga las manos limpias y quiera hacerse con el control accionaria mayoritario de la entidad».
Por su parte, Juan Carlos Hernández, de la Peña Sergio Fernández, se siente aliviado. «Se veía todo negro pero ahora se ve todo mucho mejor. Ortiz ha hecho lo que tenía que hacer, él era el culpable y lo tenía que arreglar. O pagaba él o nadie». Tiene claro que «antes que desaparecer mejor tener un Hércules con Ortiz».
Gabriel Navarro, de Herculanos Sin Fronteras, celebra con cautela que el club siga vivo. «Es un respiro momentáneo, hemos vivido una situación de incertidumbre y esperemos que se resuelva para siempre. Al final el problema es siempre el mismo, político. Pienso que la situación no era tan límite como cuando llegó Ortiz en 1999. No hay empresarios que quieran mojarse, no se ve ningún movimiento y parece que es o Ortiz o nada».
Poco convencido se mostró Paco Esteve, de la Peña Negre Lloma: «Estamos peor que antes. No hay manera de quitarnos a esta banda de encima. Nos toman por tontos. Esto es como mantener con respiración artificial a un enfermo terminal. No hay razones para la alegría, espero que alguien se anime con la subasta».
