La tarde en el Rico Pérez fue mucho más tranquila de lo esperado, incluso de lo que requiere una situación tan grave como la que vive el Hércules en estos momentos. Mañana por la noche acaba el plazo establecido por Hacienda para que la entidad blanquiazul pague o avale su deuda de 4,4 millones y, desde dentro del propio club, se lanzó el mensaje a la conclusión del encuentro de que no se va a hacer frente al requerimiento del fisco. A pesar de estos problemas, la afición del Hércules se mostró muy indiferente, ajena a un peligro cada vez más real.

Apenas se colgaron un par de pancartas en el Rico Pérez, una en cada fondo. La del sur rezaba: «Dejar vivir al Hércules». La del norte: «Hércules cf, solución ya». También se pudo ver una fuera de la puerta cero con el lema «SOS Hércules», el mismo que se ha extendido a través de la redes sociales y que ha llegado a ser tendencia a nivel provincial. Ni siquiera hubo revuelo a lo conclusión del encuentro. El club quiso blindar a los jugadores con un dispositivo especial de seguridad que incluía la llegada de la plantilla al estadio en autobús. Ante la tranquilidad que se vivía a la conclusión del partido, los futbolistas pudieron abandonar el estadio en sus propios vehículos junto a sus familiares.

Más que de la posible liquidación del Hércules, los aficionados hacían cuentas antes del comienzo del encuentro de las escasas opciones que tienen los jugadores de Carlos Luque de disputar la promoción de ascenso. También se seguía de reojo el partido que estaba disputando en esos momentos el Mestalla en Sabadell. Los seguidores que participaron en la encuesta que acompaña estas páginas sí que lamentaron los malos años de gestión al frente del club y exigieron una rápida solución para evitar una liquidación que puede estar a la vuelta de la esquina.

Durante el partido, la afición se fue implicando con el Hércules conforme fue mejorando el juego. Los primeros minutos volvieron a dejar dudas y llegaron a aparecer los pitos. Estos silbidos fueron cambiados por aplausos y gritos de «sí se puede» tras el doblete de Miguel Ángel Nieto. Esta esperanza aparecida en el césped debe acompañarse ahora por una solución fuera.