El Hércules comienza a transmitir la sensación de querer tirar la toalla ante sus problemas con Hacienda. Apenas minutos después de la victoria del equipo sobre el Saguntino en el Rico Pérez, los máximos responsables de la entidad ofrecieron ayer un discurso de enorme pesimismo sobre el futuro y descartaron hacer frente al pago o al aval de 4,4 millones de euros que exige Hacienda antes de que finalice mañana por la noche el plazo otorgado por el fisco y que dejaría al club blanquiazul al borde de la desaparición, con todas sus cuentas embargadas.

«Pendíamos de un hilo y el primero que ha venido a tirar de él, se lo ha llevado todo por delante», señalaron ayer desde el alto mando del Hércules en una clara referencia a una postura de Hacienda que se tacha de inflexible. «No se va a seguir poniendo dinero dentro de una casa que ya no es la nuestra, que no nos pertenece. Al final van a acabar matando al club, el panorama pinta muy mal. Es el momento de que todos pongan de su parte, desde Hacienda hasta el IVF. Este es un banco con muchas patas y todas tienen que aportar lo suyo», apuntaron las mismas fuentes, que consideran que el propietario real del Hércules es el Instituto Valenciano de Finanzas, por tener ya en su poder el 70% de las acciones más otro 15% que tiene pendiente de adjudicarse en breve.

El club blanquiazul estuvo representado en el palco del Rico Pérez ante el Atlético Saguntino por Juan Carlos Ramírez, Valentín Botella, Javier Portillo y Carlos Parodi. El presidente no quiso hacer ningún comentario tras el encuentro y se limitó a asegurar que era el momento «de disfrutar de la victoria», algo que sorprende ante la gravedad de los problemas que rodean a la entidad en estos momentos. También fue llamativa la ausencia en el estadio de Enrique Ortiz. El empresario, señalado por la mayoría como el gran responsable de la actual situación, no quiso comparecer en un día clave para evitar exponerse al juicio de la masa social herculana.

Al club apenas le queda tiempo ni margen de maniobra. El plazo concedido por la Agencia Tributaria finaliza mañana y la postura que transmite la directiva, de no querer hacer frente al aval de 4,4 millones, coloca más en entredicho su supervivencia. El presidente Parodi se esfuerza en un maratón de reuniones con políticos y cálculos para buscar fórmulas casi imposibles mientras Ortiz y Ramírez tienen un ojo puesto en las exigencias de Hacienda y el otro en la reclamación de casi 7 millones por parte de la Unión Europea.

El plazo establecido por el fisco se va consumiendo de forma inexorable y Ramírez, quien se ha mostrado mucho más activo que Ortiz a lo largo de los últimos días, busca respaldos para encontrar una solución que se antoja muy complicada. Hacienda se muestra inflexible y el Hércules no está dispuesto a pagar al considerar que el club pertenece en estos momentos al IVF.