La presentación de Carlos Luque como nuevo entrenador del Hércules no fue tal. El valenciano compareció únicamente acompañado por el responsable de Comunicación, Tomás Moya. Nadie de la plana mayor para darle la bienvenida. Ni rastro de Juan Carlos Ramírez ni del presidente Parodi. Tampoco le acompañaron Dani Barroso ni Javier Portillo, quienes siguieron la comparecencia junto a la prensa. Este hecho no rebajó la fe que mostró el nuevo entrenador blanquiazul en su primer discurso.

En medio de un ambiente de depresión, Luque afronta un reto de altura. Tiene diez jornadas para clasificar al Hércules entre los cuatro primeros, objetivo que ahora está a cinco puntos. Al mal tiempo, el valenciano pone buena cara y lanza un mensaje positivo: «La promoción está muy al alcance. Si fuéramos segundos y estuviéramos a cinco puntos del segundo, tendríamos muchas opciones de ser campeones. Esto es lo mismo. Tengo una oportunidad buenísima y no puedo pedir más», proclamó el técnico.

Luque hereda un equipo a la deriva y un vestuario muy tocado en lo anímico. «Han recibido una noticia triste. Se ha ido uno porque no se pueden ir muchos. Todos tienen su parte de responsabilidad. Pero esto les tiene que durar 10 minutos. Aquí hay un nivel de exigencia máximo y el fútbol no tiene ni pasado ni mañana, es hoy. Tenemos que pensar en sacar al Hércules adelante», comentó el valenciano, que hoy le ha concedido el día libre a la plantilla para intentar recuperar la normalidad y que, a partir de mañana, comenzará a preparar su estreno del domingo (12.00) con la visita al Prat.

Con poco tiempo por delante para plasmar un plan futbolístico y muchas urgencias, Luque hace hincapié en el aspecto anímico: «Deseo ver a los jugadores contentos, no quiero entrar a un vestuario con dudas y tristeza. A partir de la alegría y el compromiso, esto saldrá adelante. Hemos tenido la primera toma de contacto y, conforme pasen los días, los futbolistas vendrán con más alegría a entrenar. Nos tenemos que centrar en el día a día para cambiar la dinámica de resultados».

El técnico valenciano ya dirigió al Hércules durante el tramo final de la pasada Liga, cuando ejerció como segundo entrenador de Vicente Mir. Ahora la relación de Luque con la plantilla será distinta: «No puedo tener el mismo trato que el año pasado, mi toma de decisiones es diferente. Fuera del vestuario soy el mismo, no he cambiado».