Cuando Juan Carlos Ramírez entró a los vestuarios del Rico Pérez tras el empate contra el Hospitalet, alguien le gritó desde fuera de la puerta: «Hay que tomar una decisión». Aquella sentencia seguramente rondaba por la cabeza del empresario durante el partido, al contemplar un nuevo ejercicio de impotencia futbolística por parte del Hércules de Tevenet. Aunque el despido del técnico estaba decidido, pasaron 45 largos minutos de reunión en el camerino blanquiazul. La expectación fue creciendo por parte de una prensa que aguardaba la comparecencia del sevillano. La demora dejaba entrever que estaba pasando algo de calado en las tripas del estadio y finalmente el club dio a conocer la destitución a través de su responsable de Comunicación, Tomás Moya.

Tras el anuncio oficial aún pasó más de un cuarto de hora hasta que Carlos Parodi atendió a los medios, una decisión tomada por un Ramírez que no quiso que fueran los miembros de la comisión deportiva los que dieran la cara. Antes de que hablaran el presidente, el vestuario se fue vaciando. Primero salieron los jugadores, hasta que se marchó un grupo formado por los capitanes Paco Peña, Chechu Flores y Chema Giménez. En paralelo a ellos lo hizo Dani Barroso. Poco después los ayudantes de Tevenet, José Abel García y Juan Carlos Balaguer, que ahora lo serán de Carlos Luque. Tevenet, a toda mecha, fue de los últimos en salir, antes de que lo hicieran Javier Portillo y Ramírez, acompañados por Valentín Botella.

«Le agradecemos a Tevenet su trabajo. Ha sido visible que, a pesar de la unión que ha mostrado el club, las sensaciones no eran buenas. Le deseamos lo mejor pero nosotros tenemos el objetivo de disputar el play off. Con la imagen ante el Hospitalet pinta negro. Luque es ahora nuestro entrenador hasta final de temporada. El lunes veíamos una unión y teníamos por delante una serie de partidos que pensábamos que podíamos ganar. Pero tras este encuentro lo vemos difícil. Quedan 30 puntos y había que tocar algo», explicó Parodi

La afición del Rico Pérez dejó patente su rechazo a Tevenet desde el primer momento. Cuando el nombre del sevillano fue anunciado por megafonía recibió la primera pitada. En los minutos finales, ante la falta de capacidad que mostraba el equipo para superar el empate, fueron creciendo los gritos de «Tevenet, dimisión». Y a su salida del estadio también fue increpado.