A la espera de que el juzgado de lo Mercantil le adjudique oficialmente la propiedad del estadio Rico Pérez y del 15% de las acciones del Hércules tras la liquidación de la empresa Aligestión, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ya ha hecho sus cuentas y confía en recaudar para las arcas de la Generalitat unos 12 millones por la venta conjunta o por separado de ambos activos. Puede sonar a «cuento de la lechera» al estar el conjunto alicantino en el pozo de la Segunda B, pero son los cálculos que maneja el banco de la Generalitat para intentar recuperar el máximo posible de los 18 millones que avaló en 2010 para un préstamo a la Fundación Hércules.

Tras la subasta pública del pasado 6 de febrero, el IVF se convirtió en el mejor postor de los bienes de Aligestión, la anterior propietaria del Rico Pérez, por los que ofreció 3,75 millones de euros, además de desembolsar 900.000 euros por los costes del proceso.

Una vez cumplido el plazo sin que se haya presentado ninguna oferta superior, el banco de la Generalitat aguarda la adjudiación del estadio y de las acciones para ponerlos a la venta «a corto plazo», según explicó el director del IVF Manuel Illueca.

Lo primero que hará el IVF cuando se convierta en legítimo propietario será sacar a subasta las acciones del Hércules. Al 15% que le corresponden como mejor postor hay que sumar otro 70% de títulos que tiene embargados a la Fundación del club por el impago del citado aval. En total, una aplastante mayoría accionarial del 85% de la entidad blanquiazul.

En los planes de Illueca se contempla ingresar hasta cinco millones de euros por las acciones, una cantidad considerada «desproporcionada» en el seno del Hércules, cuyo apoderado Juan Carlos Ramírez está en negociaciones con el IVF y dispuesto a pujar por los títulos y el estadio, tal y como ya hizo en la subasta, en la que llegó a ofertar 3,5 millones.

En cuanto al Rico Pérez, el Consell calcula que su precio de venta puede rondar los siete millones de euros, la mitad de la cantidad de salida en la subasta de los bienes de Aligestión. Ahora bien, el IVF duda entre poner el estadio en el mercado en un lote conjunto con el 85% de las acciones del Hércules -por una precio de salida que puede rondar los 12 millones- o venderlo por separado.

Estas cantidades, que suenan desorbitadas para un club de Segunda B, responden a la determinación del banco del Consell de recuperar los 18 millones del aval no devuelto más los 900.000 euros depositados en la subasta del 6 de febrero. En total, 19 millones que el IVF pretende recuperar mediante una operación a tres bandas con el siguiente desglose: cinco millones de las acciones, siete millones del estadio y otros siete millones de la decisión de la Unión Europea de reclamar esa cantidad al Hércules por considerar como ayuda estatal los avales concedidos a los clubes en 2010 por el Consell del popular Francisco Camps.

En todo caso, el Consell es muy consciente de que esa reclamación de los siete millones de la UE se transfiere como obligación del Hércules a los posibles compradores de las acciones, lo que supone un serio hándicap para los interesados en hacerse con la mayoría societaria del club.

Para frenar ese efecto disuasorio entre los interesados, el IVF ofrecerá diferentes facilidades de pago. En el caso del Hércules, por ejemplo, no se le exigiría el desembolso al contado, sino una promesa de pago vinculada a la mejora deportiva del club con un presumible ascenso de categoría.