El entrenamiento de ayer del Hércules en el Rico Pérez contó con la presencia de Juan Carlos Ramírez. El apoderado blanquiazul, uno de los hombres con más fuerza dentro del club, se ha mostrado en las últimas semanas muy cercano a la plantilla y al cuerpo técnico. Dialogante con los jugadores, a los que les exige un paso al frente en el terreno de juego, el vasco respalda la metodología y la profesionalidad de Luis García Tevenet pero no puede garantizar su continuidad en el banquillo hasta final de temporada y deja claro que su puesto está en juego en el partido que los alicantinos disputan este sábado en Lleida (20.00).

«El fútbol es así y Tevenet es un profesional. No puedo garantizar su puesto hasta final de temporada. A ver qué pasa en Lleida. Podemos hacer un gran partido y perder o hacer un partido de mierda y empatar. Vamos a ir analizando las situaciones paso a paso», comentó el empresario. Con estas palabras Ramírez confirma lo que era un secreto a voces, que el sevillano tiene un nuevo match ball el sábado en tierras catalanas. Si la imagen del equipo es mala o el resultado es muy contrario a los intereses del Hércules, tendrá las horas contadas en el Rico Pérez.

Con todo, el apoderado blanquiazul no es tan negativo ante la situación del Hércules en Liga, actualmente en la quinta posición y fuera de los puestos de promoción. «Estamos a tres puntos del tercero y quedan doce partidos por disputar. Tenemos que mejorar para meternos en el play off pero tampoco se puede decir que esto es una ruina», afirmó un Ramírez al que se le pudo ver manteniendo una conversación privada con Chechu Flores, uno de los capitanes del equipo, junto a uno de los córners del Rico Pérez mientras la plantilla trabajaba a las órdenes de Tevenet. «A los jugadores les he dado mi apoyo y les he exigido intensidad y que se dejen la sangre por el club que les paga», añadió.

El empresario quiso profundizar en su idea de que las sensaciones que transmite el actual Hércules no son tan malas como puede parecer de puertas hacia fuera. «Tenemos un cuerpo técnico y unos profesionales que nos tienen que sacar adelante. El encuentro de Lleida es importante para el entorno. Pero estamos a un solo partido del tercer puesto. La situación es peor a nivel de juego e imagen que lo que muestra la clasificación», insistió un Ramírez que con estas palabras da un voto de confianza a Tevenet y sus jugadores.

Esta temporada se está viendo al vasco con un tono más sosegado y comedido que en sus primeros años en el Hércules, mucho más mesurado a la hora de tomar decisiones drásticas, algo que él justifica así: «Soy más paciente porque veo que el trabajo que hacen Tevenet y los jugadores es bueno. El entrenador es profesional y tiene que sacar esto adelante, confío en que nos meta en el play off. También hay que tener en cuenta las bajas que hemos tenido y que hay jugadores que han vuelto de lesión y no están ofreciendo todavía su nivel».

Uno de los debates más candentes esta semana en el Hércules es el de si existe o no una excesiva presión sobre el equipo, cuestión en la que Tevenet y Paco Peña han mostrado puntos de vista diametralmente opuestos. Ramírez también ofreció ayer su parecer sobre este asunto: «He hablado con Peña y él se refería a la presión del estadio pero no en el mismo sentido que el entrenador. A mí lo que no me gusta es que la grada pite a nuestros jugadores durante los partidos. Cuando se acaben los encuentros, que cada uno haga lo que quiera».

Por último, el apoderada puso como ejemplo lo que se ha hecho en temporadas pasadas para no cometer los mismos errores en el presente: «Los que estamos al frente tenemos que tomar decisiones. Lo que quiero es que no ocurra lo que pasó la temporada que se bajó a Segunda B, que no se tomaron decisiones porque no había crítica en la calle».