La noche del domingo fue muy larga para los jugadores del Hércules y la mayoría acudió ayer por la mañana al Rico Pérez con pocas horas de sueño en el cuerpo en su intento de digerir la décima derrota del curso.
Antes de vestirse de corto, los jugadores se reunieron ellos solos durante casi una hora para hacer autocrítica y terapia de grupo. Acto seguido entró en acción el cuestionado Tevenet para analizar en la sala de prensa las imágenes del choque ante el Badalona, en el que aparecieron de nuevo errores de bulto en defensa. En el 0-1, Pol Bueso y Lolo quedaron retratados y, en el 0-2, Lolo falló en el marcaje y permitió el remate franco de cabeza de un rival.
Tras el repaso en vídeo, los futbolistas saltaron al césped. Predominaban las caras largas y las miradas perdidas. Los titulares ante el Badalona apenas realizaron carrera continua y estiramientos en una suave sesión de recuperación, y el resto disputó diferentes ejercicios en espacios reducidos. En la banda, Dani Barroso y Javier Portillo, miembros de la comisión deportiva, departían con el delegado Quique Sala. Al término de la sesión de trabajo se personó en el césped el apoderado Juan Carlos Ramírez y el presidente Carlos Parodi, quienes se limitaron a levantar el ánimo de los jugadores y a transmitirle su apoyo. Ramírez se marchó del Rico Pérez con cara de pocos amigos y sin realizar declaraciones.
La continuidad de Tevenet durante esta semana está garantizada. Se sentará en el banquillo ante el Lleida (sábado, 20.00 horas), pero ya sabe que una nueva derrota conllevará su destitución y contra el Hospitalet se estrenaría técnico. En Lleida son bajas seguras los lesionados Chechu Flores y Pedro Inglés y el sancionado Fernando Román.
