Luis García Tevenet salió ayer vivo del Pepico Amat, pero no reforzado. Su Hércules cumplió los pronósticos, se impuso a un Eldense desahuciado y aprovechó el pinchazo del Badalona, próximo rival en el Rico Pérez, para volver a la zona de promoción. El derbi, con sólo 1.900 espectadores en la grada, fue un verdadero bodrio porque así lo quiso el Hércules con su rácano planteamiento. Poco se le puede achacar a un Eldense sin nivel de Segunda B y, ahora además, sin alma tras los 27 fichajes realizados en enero, 20 de ellos extranjeros.

Venció el equipo alicantino, pero no convenció con los defensivos Lolo y Checa como organizadores. Sin fluidez ni profundidad, el Hércules dejó pasar los minutos a sabiendas de que el rival era casi inofensivo, de hecho no disparó entre los tres palos en todo el partido.

Atenazado por la necesidad y el miedo a un nuevo traspié, el conjunto alicantino dejó pasar la oportunidad de regalar a su afición una victoria con cierto brillo cerca de casa. Lo más probable es que no tenga una ocasión parecida en lo que queda de Liga.

Pero lo peor del choque, más allá de que nadie dio dos pases seguidos en un campo de césped sintético pero de buenas dimensiones, es el susto dado por Chechu Flores, que sólo aguantó 20 minutos en el campo por unas molestias en el gemelo cuando reaparecía tras un mes fuera de combate. Está pendiente de pruebas, pero el extremo no tenía ayer buenas sensaciones.

El partido se puso de cara muy pronto para el Hércules en una acción de estrategia, donde el Eldense sufrió lo indecible en la primera parte. Y eso que su pareja de centrales, formada por los exblanquiazules Carbonell y Guille, es de lo poco salvable de esta amalgama de nacionalidades en que se ha convertido el conjunto del Pepico Amat.

En el minuto 11, José Gaspar sirvió un centro pasado desde la izquierda que superó al mediapunta Bergonsi porque midió mal el bote del balón. El central Fernando Román conectó un disparo cruzado que se paseó por el área pequeña hasta que llegó a los pies de Javi Flores. El cordobés empujó el balón hacia la portería y Juan Delgado le dio el toque final necesario, aunque el colegiado finalmente concedió el gol a Flores, quien más lo celebró.

El 0-1 no varió el planteamiento de ambos equipos y el Hércules no se sacudió el miedo ni la racanería. El monólogo blanquiazul pecaba de falta de profundidad y ritmo cansino y el colegiado perdonó la segunda amarilla al lateral Mendy por golpear el balón con la mano.

En el tramo final de la primera parte tuvo lugar la única aproximación con cierto peligro del conjunto local, que a base de traspiés y empujones merodeó el área de Iván Buigues. Finalmente Pol Bueso despejó tras dos intentos y acabó con la acción.

El juego no mejoró en la segunda parte. El Eldense no tenía argumentos para poner en apuros a su oponente y el Hércules tampoco dio un paso al frente para sentenciar. Checa y Lolo seguían sin dar ritmo en la sala de máquinas y Javi Flores se apagó con el paso de los minutos. Se marchó del campo en el 72 y pocos segundos después llegó el definitivo 0-2 tras un buen pase de Checa a la espalda de los centrales que Juan Delgado aprovechó para plantarse solo ante Alessandro y marcar, de fuerte disparo, su primer gol como blanquiazul en su pueblo.

Cambio imprevisto

Con el choque ya sentenciado, Chechu Flores pidió el cambio por unas molestias en el gemelo y Delgado desaprovechó una buena ocasión de firmar un doblete al rematar demasiado alto un buen pase de Dalmau a la espalda de Guille con el portero adelantado.

El Hércules cerró el partido sin sobresaltos y se frotó las manos ya en la ducha al conocer la derrota del Badalona, que le permite colocarse cuarto antes de recibir, el próximo domingo, al conjunto catalán en un choque señalado en rojo en el calendario.

Por su parte, el Eldense continúa con su penar como farolillo rojo, pero peor aún que los datos que arroja la clasificación son las sensaciones que transmite el equipo que entrena el italiano Filippo di Pierro, aunque ahora la nueva cara la pone Fran Ruiz. Con 13 nacionalidades distintas y una identidad perdida, el conjunto del Pepico Amat está muy lejos de ser competitivo. Y quedan 13 partidos.