El Grupo Llorens-Torres, cuyos servicios contrató el Eldense hace ocho años, se personó ayer en el Nuevo Pepico Amat para embargar 1.535 euros de la recaudación en concepto de taquilla del partido ante el Hércules.

El gabinete jurídico se ampara en diversos oficios judiciales promovidos al no cobrar los honorarios profesionales por defender al club azulgrana en diferentes procedimientos de las demandas que recibió la entidad azulgranas por parte de varios jugadores pertenecientes al Eldense en la temporada 2008-09, siendo presidente del Eldense César Mora y posteriormente Gaspar Candela.

Ese mismo despacho de abogados está a la espera de percibir la subvención municipal del Eldense del ejercicio 2016 para seguir satisfaciendo sus honorarios adeudados. En ese sentido, fuentes de la gestora azulgrana aseguraron días pasados que el club sólo percibirá unos 200 euros de los 8.075,75 euros de ayuda municipal, el resto del dinero es lo que trata de percibir el gabinete jurídico hasta cubrir la deuda. Una situación que podría volver a producirse dentro de dos semanas, cuando el Alcoyano visite el Nuevo Pepico Amat.

En ese sentido, los actuales dirigentes azulgranas nada tienen que ver con esas órdenes de embargo que llegan al club, aunque sí están sufriendo la mala gestión de directivas anteriores, lo que les impide poder desarrollar con normalidad el día a día de la entidad al surgir un problema nuevo momento tras momento desde su llegada a Elda hace un par de meses.

Ambiente desangelado

El derbi ante el Hércules estuvo un tanto desangelado en cuanto a público, nada que ver con las dos anteriores visitas de la escuadra alicantina al Nuevo Pepico Amat. Apenas 1.900 personas presenciaron el choque, por las 3.000 que disfrutaron del mismo encuentro la temporada pasada, y el lleno total de 4.000 espectadores que se produjo la temporada 2014-15, que coincidió con el ascenso del conjunto azulgrana a Segunda B, y el descenso del Hércules desde Segunda División.

La decisión del fondo italiano y la gestora presidida por Alfonso Ortuño de declarar el derbi «día del club» provocó el malestar de los abonados y la afición en general, teniendo que recurrir al regalo de gorras y bolsas para apaciguar los ánimos. Además, el fondo norte del estadio azulgrana, habitualmente ocupado por la animosa peña «Elda Norte» estuvo vacío al no alcanzar un acuerdo con el club para su acceso al campo, por lo que el único ambiente y gritos de ánimo procedían de los seguidores herculanos, que desplegaron pancartas y banderas con los colores blanquiazules para apoyar a sus jugadores, mientras que la afición local sólo respondió con pitos al final del partido.