Dos días después de la subasta del Rico Pérez ganada por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, y el apoderado del club, Juan Carlos Ramírez, tranquilizaron ayer a la afición y aseguraron que la entidad blanquiazul seguirá utilizando con normalidad el estadio como viene haciendo en los últimos 43 años. «Quiero enviar un mensaje de tranquilidad absoluta porque el Hércules no va a ser desahuciado ni desalojado de su propio campo», destacó Echávarri tras reunirse en el Ayuntamiento con Ramírez.

Al término de esa reunión, el apoderado elogió «la buena relación» del club con el Ayuntamiento y anunció que el actual miembro de la comisión deportiva del Hércules, Javier Portillo -yerno del empresario Enrique Ortiz-, se convierte en el máximo responsable deportivo de la entidad. «Juan Carlos Ramírez ya no está solo», dijo de sí mismo el apoderado. «A partir de ahora, Javier Portillo se incorpora conmigo a una sociedad cuyo objetivo es sacar adelante al Hércules por todos los medios y con el apoyo de todos», recalcó Ramírez.

Alcalde y dirigente del club analizaron el nuevo escenario que se abre con el cambio de titularidad del Rico Pérez tras convertirse el IVF en el mejor postor y previsible adjudicatario del estadio después de ofertar 3.750.000 euros en la subasta por los bienes de la anterior propietaria, Aligestión, empresa en proceso de liquidación.

«El objetivo está muy claro», destacó Echávarri: «Que no exista ningún tipo de problema para que el Hércules siga siendo inquilino» del estadio inaugurado en 1974 en el norte de Alicante. Y así se lo trasladará hoy el primer edil al director general del IVF, Manuel Illueca, durante otra reunión en Valencia, a la que el alcalde asiste en calidad de oyente de los planes que tenga para el estadio el banco público del Consell, cuyo objetivo es vender el Rico Pérez a un tercero para resarcirse de los 18 millones de euros con los que avaló un préstamo de la CAM a la Fundación Hércules en 201o.

«No es tan mala noticia que el IVF sea el propietario [del Rico Pérez]. Al revés», recalcó Echávarri. «Siempre dije que no permitiríamos que el estadio cayera en manos extrañas y el IVF es una institución pública. A ver qué escenario jurídico se abre para que todo salga bien», agregó.

Como prueba de su buena conexión con el club, el primer edil también elogió el proyecto «con los pies en el suelo» que le presentó Ramírez con Portillo como máximo responsable deportivo del Hércules. «Me ha transmitido tranquilidad en el aspecto deportivo y financiero. Me ha presentado un proyecto que está bien porque tiene los pies en el suelo, algo que hace tiempo que hacía falta al club», destacó.

En esta línea, y más allá de la propiedad y uso del estadio, Ramírez recalcó que debe buscarse una «solución global» que garantice la supervivencia y el futuro del Hércules «porque en Segunda B no se generan ingresos ni para pagar la luz».

El apoderado se refiere a la necesidad de captar nuevas aportaciones dinerarias para la entidad blanquiazul mientras se consigue el ascenso deportivo al fútbol profesional. Y en este punto entra el nuevo rol de Portillo como máximo responsable de la parcela deportiva, «que se liga a una sociedad conmigo para liderar el proyecto, tirar del carro y mantener vivo al Hércules», precisó Ramírez, que será el responsable de las áreas institucional, administrativa y financiera.

Por su parte, el exjugador y actual miembro de la dirección deportiva destacó que su refuerzo al frente de la parcela deportiva «no cambia en nada» el actual organigrama en el que comparte la toma de decisiones con Dani Barroso. «Doy un paso al frente y continuaré con mi equipo de trabajo», subrayó Portillo. «Mi única meta es devolver al Hércules al fútbol profesional», agregó el yerno del empresario Enrique Ortiz, que coincidió en la necesidad de subir a Segunda A como única vía de escape para la supervivencia del Hércules.