El Instituto Valenciano de Finanzas, también conocido como banco de la Generalitat, se adjudicó ayer el lote que incluía el estadio Rico Pérez y el 15% de las acciones del Hércules al desembolsar 3.750.000 euros en una subasta en la que el apoderado del club blanquiazul, Juan Carlos Ramírez, llegó hasta los 3.550.000, cifra desestimada por el IVF al considerarla «poco atractiva».
El organismo valenciano recibirá de vuelta el 85% de lo invertido por su condición de máximo acreedor de la sociedad en liquidación Aligestión, cuyos bienes se subastaron ayer. De esta manera, el IVF cumplió con su hoja de ruta establecida y se quedó con el estadio por unos 562.000 euros.
El director del banco del Consell, Manuel Illueca, calificó como «claramente insuficiente» la puja de 3.550.000 euros del apoderado del Hércules y recordó que el IVF desembolsó 18 millones en 2010 que no han sido devueltos.
«No nos interesa el club, sólo el estadio, que intentaremos vender al mejor postor para recuperar parte de lo invertido, aunque no sera fácil porque la situación del Hércules es muy delicada», señaló ayer Illueca a este diario, quien quiso transmitir un mensaje de «tranquilidad» a la afición blanquiazul.
«Deseamos que el Hércules siga jugando en su estadio, ahora habrá que negociar un nuevo convenio, o bien subrogarnos al que ya hay vigente entre el club y Aligestión», por el que ésta última firma recibe el 7% de los ingresos anuales que genere la entidad del Rico Pérez. Este acuerdo tenía vigencia hasta 2032 pero ahora ha quedado en papel mojado porque el inmueble salió a subasta libre de cargas y gravámenes.
Subasta frenética
La subasta del estadio, por valor de 14 millones de euros, tuvo una actividad frenética en sus dos últimas horas, en las que se sucedieron las pujas entre Ramírez y el IVF. De hecho se amplió una hora el cierre por los continuos movimientos, que podían haber prorrogado la subasta hasta las 18.00 horas de hoy, según confirmó Miguel Hernández, administrador concursal de Aligestión. Pero el Hércules se plantó en los 3.550.000 euros y se queda sin el inmueble mundialista, al que ahora la Generalitat intentará sacar el mayor rédito, algo harto difícil si el equipo continúa en Segunda División B, una categoría semiprofesional en la que el fútbol es deficitario por la ausencia de ingresos televisivos.
Nuestra idea es «vender el estadio al mejor postor» y, una vez tengan el estadio en propiedad, seguirán buscando inversores con el fin de «recuperar el dinero público que se concedió y que no fue devuelto». «No hay que olvidar que 18 millones de euros son cuatro colegios. El dinero hay que devolverlo», sentenció Illueca, que lamentó la «guerra judicial» que se ha tenido que llevar a cabo y las trabas que ha encontrado por parte de Aligestión, sociedad formada por Enrique Ortiz, Valentín Botella y Juan José Huerga. «Si el Hércules tiene problemas no va a ser por el IVF. Nosotros queremos llevar el asunto con absoluta normalidad porque el Hércules es una joya deportiva de la Comunidad», insistió. No obstante, reiteró que en el momento en el que el juez les adjudique el estadio, el Rico Pérez pasará a ser «un activo de la Generalitat sobre la que pivotará la estrategia para recuperar los dieciocho millones de euros que se avalaron en su día a la Fundación Hércules».
