No le hizo falta al Barcelona B hacer un gran partido para derrotar al Hércules, los azulgranas se llevaron un importante triunfo casi sin disparar con peligro contra la meta blanquiazul. Fueron los alicantinos los que se encargaron de regalarle el triunfo con sus fallos de parvulario dentro de su área pequeña. Primero fue David Mainz el que se confundió de portería para batir con la chepa a Iván Buigues. El gol en propia puerta del aragonés llegó en un momento fatídico, con los de Tevenet desplegando su mejor fútbol, mediada la primera parte. Los errores no quedaron ahí y a la diana equivocada del delantero le siguió un cante de Iván Buigues a la vuelta de vestuarios. El guardameta botó el balón tras atraparlo con facilidad para regalarle un tanto absurdo al atacante rival Dani Romera.

Eligieron un mal día los jugadores del Hércules para fallar. El equipo debía dar un golpe encima de la mesa para confirmar su buena racha de cuatro victorias y acabó saliendo trasquilado del Miniestadi, a nueve puntos del Barcelona B, con el que también tiene el golaveraje perdido. El primer gran objetivo de la temporada, el de acabar como campeón de grupo de la fase regular, parece una quimera a estas alturas del curso. No aprenden los blanquiazules en la que es su tercera campaña consecutiva en la categoría de bronce.

La derrota en Barcelona recuerda peligrosamente a otras, como a la sufrida contra el Nàstic hace dos temporadas en el Rico Pérez o a la de la pasada en la visita al Villarreal B. El Hércules sigue sin dar la talla en las citas contra los rivales directos. Esta campaña sólo ha sido capaz de sumar un punto de los 18 que ha disputado en seis partidos ante los seis primeros clasificados. La falta de pegada minimiza el efecto que tiene el buen juego que el equipo despliega por momentos.

Y es que Tevenet ha encontrado un plan que le está dando resultado en los últimos tiempos. El conjunto se ordena en un 4-4-2 en el que Salinas juega como delantero. La presencia del canterano permite que el Hércules presione la salida de balón rival a la vez que es más vertical cuando tiene el esférico. El plan del entrenador funcionó durante los primeros 35 minutos y los blanquiazules merecieron adelantarse en el marcador. Cada robo en campo contrario acababa en una llegada con peligro.

Paradójico como es el fútbol, un par de minutos después de que Gaspar tuviera la mejor ocasión de la primera parte -un gran disparo lejano que encontró una respuesta de nivel por parte del portero Suárez-, Mainz marcó en propia puerta el primer gol del Barcelona B. El delantero aragonés defendía en el primer palo un córner del filial e, incomprensiblemente y sin oposición, cabeceó contra su escuadra. Discutido por su falta de puntería ante el marco rival, sólo le faltaba un tanto en propia meta en un encuentro de calado.

Los últimos diez minutos de la primera parte discurrieron con tono fúnebre para el Hércules. Cuando se esperaba que el equipo saliera con nuevos bríos del vestuarios, Iván Buigues se pegó el segundo tiro en el pie de la tarde. En otro saque de esquina, el de Mutxamel atajo sin problemas un centro cándido. Extrañamente botó el balón con tan mala fortuna que Romera metió la bota para firmar el 2-0 culé. El joven portero deberá corregir el mal hábito de soltar el esférico cuando ya lo tiene en su poder.

Con una cómoda ventaja, el Barça B cedió la posesión y el campo al Hércules para dejar pasar el tiempo. Su técnico, Gerard López, protegió al filial con cambios defensivos -la entrada de Marlon y Carbonell- y los blanquiazules no supieron dar réplica. Tevenet introdujo a Berrocal pero el ariete apenas dejó noticias. Un gol hubiera metido al equipo de nuevo en el encuentro pero ayer no era el día. Gaspar mandó fuera un remate claro y Salinas estrelló en el larguero un violento disparo. Todo en contra en otra cita clave que aleja mucho la primera plaza.