Ha reaccionado con cordura y sentido común el Hércules tras su gran partido de Copa frente al Barcelona. Justo es reconocerlo. No se ha disparado la euforia en ningún estamento, la plantilla mantiene la autocrítica por su mala dinámica en la Liga y todos son conscientes de que lo que cuenta de verdad es la visita el domingo del Atlético Baleares.
Esta vez sí se han cumplido los presagios de Tevenet. El equipo tuvo más ilusión que el Barcelona. De principio a fin. Y por mucho que fuera un Barça de segunda fila, la actuación del Hércules fue más que convincente frente a un «once» plagado de internacionales. Además de los chavales con una pinta estupenda como Aleñá y Carbonell, Luis Enrique alineó el miércoles en el Rico Pérez al portero titular del Ajax hasta el verano pasado (Cillessen); a los que fueron laterales del Roma y el Sevilla en anteriores ediciones de la Champions y Liga Europa (Digne y Aleix Vidal), al excentral del Lyon Umtiti, a jóvenes centrocampistas llamados a protagonizar el futuro inmediato como Rafinha y Denis Suárez, al jugador más prestigioso de Turquía (Arda ) y a uno de los «nueves» de la Roja (Alcácer).
En el arreón final también participó un reciente campeón de la Eurocopa de Naciones (André Gomes). De modo que no era ninguna bicoca el equipo azulgrana vestido de verde al que el Hércules tuteó y plantó batalla en todo momento.
Muy juntas las dos líneas defensivas del 5-4-1 de Tevenet, se volvió a ver la mejor versión de Mainz, Gaspar y Salinas, junto al buen tono general de un «once» en el que también había actores de reparto como Iván Buigues, Inglés, Rojas, Omgba y Espinosa.
Nadie ha sacado pecho en el vestuario blanquiazul, conscientes como son de que una cosa es tomar copas y otra distinta servirlas. Es decir, que el equipo sabe que el mismo esquema ultradefensivo que Tevenet le planteó al Barça es el que la mayoría de los rivales de Segunda B utilizarán contra el Hércules esta temporada. Sin ir más lejos, el Baleares el próximo domingo. Obviamente, es más sencillo defender y destruir que tejer el juego y crear peligro.
Cumplido el primer augurio del entrenador, el de la ilusión, este domingo saldremos de dudas sobre el segundo: el de las vitaminas para competir como dios manda en la Liga que debía aportar un buen partido ante el Barça. Falta hacen.
