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Crecidos ante un Barça menor

El Rico Pérez corea y ovaciona al Hércules, que vuelve a plantar cara al Barcelona

Crecidos ante un Barça menor

Veinte años después del último duelo copero entre Barcelona y Hércules en el Rico Pérez, la historia se repitió y el conjunto alicantino, de Segunda B, plantó cara y aguantó el tipo ante el coloso azulgrana, plagado de suplentes y muy rebajado desde el «once» inicial por la cercanía del clásico del sábado ante el Real Madrid.

Vibró el estadio blanquiazul con los suyos -muy necesitados de recuperar buenas sensaciones por su mala racha en la Liga-, a los que coreó y ovacionó durante todo el partido por su entrega frente a este Barça «de garrafón», que jugó sin ritmo ni velocidad, casi todo al pie y sin intensidad.

Eso sí, en contra de la tradición, el Rico Pérez apenas superó la media entrada para para ver al Barcelona, un club con enorme predicamento en esta ciudad y en toda la provincia.

Por primera vez en la historia, el Barça no levantó pasiones en Alicante porque la afición no comulga con este engendro de competición que es la Copa del Rey, un torneo devaluado por la propia Federación, las televisiones, los horarios imposibles y la sobreprotección a los grandes para que lleguen siempre a la final a fin de no estropear el negocio.

Alicante no creyó desde el principio en este «porro» de ida y vuelta para ver a un «Barça B» a las diez de la noche casi en diciembre, con las estrellas azulgranas en sus casas y precios entre 45 y 90 euros. De modo que apenas 15 personas se acercaron al aeropuerto de El Altet para recibir a la expedición culé y no más de un centenar se concentraron a las puertas del Hotel Amérigo en el centro de Alicante para jalear a sus ídolos de segunda fila.

La misma frialdad se ha vivido hasta el último momento en las taquillas del estadio, en el que anoche la presencia de niños era mínima para ver a uno de los clubes más poderosos y admirados del mundo.

Después de guardarse un respetuoso minuto de silencio por la tragedia aérea de Medellín, el balón comenzó a rodar y se vio un Hércules bien plantado atrás con defensa de cinco frente a un Barça de circunstancias. «Por eso juegas tan poco, porque eres malo», le gritaba la grada al lateral derecho azulgrana Aleix Vidal, que apenas cuenta para Luis Enrique. El técnico asturiano apenas salió del banquillo y era Unzué el que daba las instrucciones a un Barça desnortado.

Ante las dudas de los azulgranas, empezó a gustarse y crecerse la afición blanquiazul, que incluso coreó varios «olés» en tono de guasa cuando los de Tevenet enlazaban varios pases seguidos. Tras una primera parte igualada, el delirio llegó con el 1-0 de Mainz y poco importó el empate de Aleñà porque el Hércules había cumplido el objetivo de recuperar las buenas sensaciones. Aunque hubo pinchazo en taquilla, el equipo se demostró a sí mismo que sabe competir.

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