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Tevenet y la ansiedad

Jugador de equipos con aspiraciones -Atlético y Sevilla- y entrenador con proyección en clubes sin excesiva presión -Huesca, Cartagena o UCAM Murcia-, Luis García Tevenet ya conoce en el banquillo del Hércules el síndrome del histórico venido a menos. Presionado por las urgencias del ascenso y penalizado por una racha gris de resultados -seis victorias, cuatro derrotas y tres empates-, el técnico sevillano sufre en sus carnes los rigores del Rico Pérez y su peculiar entorno. Preocupa en el cuerpo técnico blanquiazul el «estado de ansiedad» que rodea cada semana al equipo y la posibilidad de que esa corriente nerviosa e impaciente se contagie al vestuario. No se entiende, por ejemplo, el murmullo de la grada cada vez que un balón merodea el área de Chema para que el portero lo juegue con los pies, mientras el meta rival vive una tarde plácida en el coliseo blanquiazul. Buen comunicador de puertas afuera, Tevenet sostiene que el ambiente que rodea al Hércules es bipolar, sin término medio: «Pasamos del blanco al negro sin estar en el gris». Como discurso está bien, pero, más allá de la excusa del césped artificial, el equipo da demasiadas muestras de indolencia y de falta de identidad. Tan es así, que el propio Chechu Flores y el director deportivo Dani Barroso le reclaman al grupo más entrega y rendimiento. Por algo será, Luis, toma nota: el mensaje no cala dentro.

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