La Ciudad Deportiva de Elche estuvo a punto de vivir una tragedia el pasado sábado. Dos aficionadas -médico y enfermera- que presenciaban el partido salvaron la vida al portero del Hércules cadete tras quedar desplomado tras un choque fortuito con otro rival en el primer lance del encuentro. Los jugadores se dieron cuenta enseguida de la gravedad. Salva Martínez quedó tendido en el suelo y el silencio se hizo en el campo que albergaba el partido de división autonómica cadete entre el Kelme y el Hércules.

El jugador quedó inconsciente y con convulsiones hasta que saltaron al terreno de juego dos aficionadas para ejecutar las primeras maniobras de primeros auxilios ante la ausencia de asistencias sanitarias. El deportista, de 15 años, recuperó la conciencia a los cuatro minutos. La ambulancia tardó 20 minutos en llegar -«para mí fueron horas»-, reconoce Antonio Martínez, padre del jugador, tras recuperarse del susto. «Mi hijo está vivo de milagro gracias a que estas dos aficionadas estaban presenciando el partido», afirma.

La jugada sucedió en el primer minuto del partido tras despejar el portero del Hércules un balón con los puños con la mala suerte de chocar con un rival y desplomarse. El susto fue máximo entre los compañeros cuando vieron a Salva tendido en el campo sin reaccionar. Finalmente, la ambulancia transportó al portero al Hospital y el encuentro se reanudó sin problemas.

48 horas ingresado y una semana de reposo antes de volver a jugar. Pudo ser trágico pero la rapidez con la que actuaron las aficionadas evitó el fatal desenlace.

La ausencia de ambulancia en el campo de la Ciudad Deportiva ha reabierto el debate sobre la seguridad en los campos de fútbol. La Ley en la Comunidad Valenciana no contempla la obligatoriedad de tener una unidad móvil en cada campo salvo los partidos de Tercera División para arriba que deben sufragar los propios clubes cuando juegan de local.

«No entiendo que no sea obligado tener una ambulancia en cada campo con el dineral que pagamos los padres. El fútbol se ha convertido en un negocio, ya no es deporte», lamenta el padre del portero cadete del Hércules, orgulloso y agradecido del papel que hicieron las aficionadas. «Mi hijo sólo recuerda que de repente estaba sobre el césped con mucha gente alrededor de él», explicó Antonio Martínez.

Palomino estuvo en el campo

El coordinador del fútbol base del Hércules presenció el encuentro aunque llegó cuando ya habían pasado los momentos de angustia. «Pude hablar con el chico y me quedé más tranquilo cuando vi que ya se estaba recuperando», señaló ayer José Antonio Palomino, partidario de que sea obligado que haya asistencia en todos los partidos. «El fútbol es un deporte de contacto y cuantos más medios se pongan mejor. Todo lo que se pueda hacer para salvar cuantas más vidas es dar un paso adelante», afirma Palomino, que recuerda que casi todos los fines de semana ocurren casos parecidos. «El Kelme hace dos semanas se encontró con una situación semejante a la de Salva, por ejemplo. Tener un servicio sanitario in situ es fundamental», apunta el coordinador del fútbol base.

Recuerda y aplaude también que una de las asignaturas que deben aprobar los aspirantes al título de entrenador es la de la primeros auxilios. «Es fundamental que tengan unas nociones básicas. El sábado se portaron muy bien los técnicos del Kelme y del Hércules cuando sucedió lo de Salva», afirma Palomino, que, no obstante tiene claro que «lo ideal es que haya una ambulancia permanente en cada campo, pero eso es muy complicado».