«No conozco a un equipo de Segunda B que llegue más a línea de fondo que el Cartagena». Son palabras de un orgulloso Alberto Monteagudo que ha logrado que su equipo venza la mitad de los encuentros que ha dirigido desde que aterrizó en febrero. Hilando fino, la estadística es más favorable aún, ya que los últimos diez choques en el Cartagova han deparado siete victorias y tres empates. Es evidente que el Hércules se mide en el torneo del KO a una plantilla acostumbrada a salir con una sonrisa de su estadio. Por ese motivo, quiere continuar con esa agradable sensación. «Vamos a intentar poner el equipo más fuerte que podamos», ha dicho Monteagudo al que le preocupa el que estado irregular del césped le pase factura a Moisés, Limones, Álvaro, Jiménez, Ceballos y Cristo, futbolistas llevan en sus piernas 270 minutos sin descanso. Por ello, el entrenador maquillará el once sin restarle potencial e intensidad, una cualidad esencial en cualquier categoría del fútbol de hoy. Lo cierto es que salga quien salga saldrá con la seguridad que da haber vencido los tres primeros partidos ligueros, algo que solo pueden decir Marbella y Barça B en toda la Segunda B. Hace 3 años, el Cartagena dirigido por Tevenet comenzó dándole un susto al Barça del Tata. Fernando hizo el 1-0 por un regalo de Bartra. Saltaron las alarmas. Los culés venían de dos derrotas. La alegría local duró apenas veinte minutos. A partir de ahí fue un monólogo catalán que terminó 1-4. De todo eso ha llovido, igual que de una de las mejores campañas del Cartagena: curso 2009/10 en Segunda con De Lucas, Toché y Víctor de cabezas visibles. Ahora están Rivero, Sergio, Juanlu y Fernando. De ellos depende, en gran medida, la buena suerte de hoy.