Sin hacer mucho el Hércules cobró dos goles de ventaja y la eliminatoria parecía resuelta. Antes del descanso el Toledo empató el partido y el sufrimiento en la grada creció hasta un límite insospechado. Tras una segunda parte en la que el cronómetro parecía no correr, llegó el éxtasis con el final y los gritos de «sí se puede», ahora que el ascenso esta a la vuelta de la esquina.

El último pitido del árbitro sirvió para que los aficionados soltaran los nervios tras vivir una noche toledana. El Hércules se fundió en una piña y los jugadores fueron saludando grada por grada. El público alicantino despidió con aplausos al Toledo.

El palco del Rico Pérez contó con la presencia de un invitado de excepción, el exjugador del Villarreal y campeón con España de la Eurocopa 2008 Marcos Senna. El hispano-brasileño presenció el encuentro en la zona noble del estadio blanquiazul invitado por Javier Portillo, amigo personal con el que mantiene una gran relación personal y con el que ha compartido el curso de director deportivo que ambos acaban de completar en Madrid.

Senna es ahora el hombre de confianza del consejero delegado del Villarreal, José Manuel Llaneza, y ocupa un cargo dentro del organigrama deportivo del conjunto amarillo. De esta forma el Hércules también estrecha su relación con la entidad castellonense, un club que cuenta con una de las canteras más importantes dentro del fútbol español y que destaca por la gestión modélica que viene realizando desde hace más de una década.

Dos horas antes del comienzo del encuentro, los jugadores de Vicente Mir comenzaron a recibir el aliento de la afición blanquiazul. Dos centenares de seguidores del equipo alicantino, como ya hicieron en la primera eliminatoria contra el Tudelano, se concentraron frente al pabellón Pedro Ferrándiz para recibir al autobús herculano con vítores y cánticos de apoyo. Las bufandas al viento y el intenso olor a pólvora empezaron a caldear el ambiente a falta de 120 minutos para el pitido inicial.

Desde el Pedro Ferrándiz hasta la entrada de los futbolistas al Rico Pérez, el autobús del Hércules fue escoltado por los aficionados en medio de un importante despliegue de seguridad. Allí se empezaron a ver las primeras camisetas del Toledo en un ambiente pacífico. Los jugadores fueron bajando del autobús entre aplausos, incrementados al salir Chechu Flores y el capitán Paco Peña. Algunos, como Álex Gallar o el canario Yeray González, se giraron hacia la afición para devolver los ánimos.