El Hércules regresó ayer a la cuarta plaza con más sufrimiento del esperado, jugando a ráfagas y confiándolo todo en el talento individual de sus Flores: Javi y Chechu, dos jugadores de superior categoría que tienen en sus botas muchas de las posibilidades de ascenso del equipo de Mir.

Lo primero a destacar es que no fue tan fácil como muchos presagiaban durante la semana. El Espanyol B ya no pelea por nada pero vendió cara su derrota y pegó dos zarpazos que pusieron el susto en el cuerpo a los 7.000 presentes. El segundo de ellos fue insólito ya que un saque de banda del corpulento Cristian Galas se convirtió en una asistencia envenenada. Chema midió mal, dejó pasar el balón por encima y Robert lo empujó sin oposición a la red para firmar el 3-2. Pero esta vez el Hércules sí supo «congelar» el partido y, aunque desperdició varias ocasiones para marcar el cuarto, el portero de Orihuela no tuvo que intervenir más.

La victoria tiene valor doble por la derrota del Cornellà en Alcoy (3-1), lo que permite al equipo de Mir conquistar la cuarta plaza a falta de tres partidos para que la Liga regular baje el telón: en casa ante el Olot y a domicilio frente al Hospitalet y Llosetense.

Al Hércules se le atragantó la presión alta del Espanyol B desde el inicio. La discutible apuesta de Mir de ubicar a dos pivotes defensivos como Vivi y Juanma Espinosa en el Rico Pérez restó dinamismo y velocidad al juego local. Se echaba de menos rapidez en las transiciones y la única arma era la persistencia de Chechu Flores por su banda derecha. Por detrás de él, Álvaro no desentonó en su nueva ubicación, ya que ayer le tocó atacar más que defender. De hecho, asistió a Chechu en la acción del 1-0 (23'). El jiennense, escorado a la derecha dentro del área, fue ganando terreno hacia el centro hasta conectar un zurdazo cruzado al que no llegó el meta alicantino Andrés.

Se preveía un partido plácido tras abrir la lata, pero sólo seis minutos después llegó el 1-1 por un mal rechace en un saque de esquina. El Hércules lo pasó mal a partir de ese momento. Afloraron los nervios, las precipitaciones y la falta de velocidad en el juego era alarmante (algo que subsanó Mir en el descanso). La primera parte agonizaba y todo parecía indicar que tocaba remar mucho en la segunda, pero en minuto 45 se dejó ver Javi Flores por el centro, pidió el balón y sirvió una asistencia de lujo a Mainz a la espalda de los centrales. El delantero aragonés superó al meta en el mano a mano y marcó un meritorio gol porque apenas tenía ángulo (2-1).

En el descanso, Mir dejó en el vestuario a Vivi, muy cansado, y dio entrada a Yeray en busca de más fluidez en el doble pivote. El Hércules mejoró y la endeblez defensiva del filial hacía presagiar movimientos en el marcador. Javi Flores repelió contra su voluntad un zurzado de Miñano que se colaba en la portería y tres minutos después, en el 57, Chechu firmó el 3-1 en la mejor jugada blanquiazul de la temporada. El propio jiennense la arrancó en la banda izquierda, superó a rivales y cedió a Peña, quien metió el balón al corazón del área. Javi Flores puso la magia sin entrar en contacto con el esférico, lo dejó pasar y Chechu apareció para remachar desde cerca.

Otro tiro en el pie

Con el 3-1 y la grada ya volcada, tocaba media hora de asueto, lucimiento y desahogo. Pero este Hércules acostumbra a pegarse tiros en el pie jornada tras jornada, siempre elige el camino más difícil y ayer no fue la excepción. El 3-2 del minuto 68 tardará mucho tiempo en desaparecer de la memoria de los aficionados. Un saque de banda del corpulento Cristian Galas sorprendió al portero Chema, que en su salto no alcanzó el balón. Lo dejó pasar, confiado en que si el esférico entraba directamente no subía al marcador, pero apareció en el segundo plano Robert para empujarlo a placer y dejar a toda la zaga con cara de perplejidad.

Por suerte para el Hércules, el central visitante Antonio Cristian vio la segunda amarilla en la jugada siguiente y el Espanyol B nunca creyó firmemente en el empate. Sus contadas aproximaciones al área de Chema sembraron el pánico y el equipo blanquiazul desaprovechó hasta cuatro ocasiones claras claras para firmar el cuarto.