Llegó al Hércules con la vitola de entrenador-ascensor para sacar al club de Segunda B, pero su carrera en Alicante duró catorce jornadas. Dos victorias, seis empates y seis derrotas en el inicio de la campaña 90-91 condenaron a José Víctor Rodríguez, que entró al Rico Pérez con Emilio Orgilés en la presidencia y fue despedido meses después con Manolo Albarracín en la primera butaca del palco. Este último decretó su despido por la mala racha de resultados y tras constatar que una parte del vestuario no ocultaba su acongojo por el fuerte carácter del murciano, un ganador nato martirizado por la trayectoria deportiva de un equipo en el que había depositado muchas esperanzas. Fue Vicente Carlos Campillo, hasta entonces amigo suyo, quien le sustituyó en el banquillo herculano. Ese relevo enrareció el vínculo entre ambos hasta el punto de que estuvieron mucho tiempo sin dirigirse la palabra. La relación volvió a su cauce amistoso años después.

José Víctor Rodríguez brilló con luz propia en Murcia. Fue seleccionador juvenil de la Federación Murciana, con la que se proclamó campeón de España en 1972 dirigiendo a varios futbolistas alicantinos (Albaladejo, Carbonell, Clemot, Ernesto y Carcelén...) por entonces adscritos a ese organismo regional.

Un desmayo en un partido disputado en Molina de Segura acabó llevándole al quirófano, donde fue intervenido por el Marqués de Villaverde, yerno de Franco, tras diagnosticar una dolencia cardiaca que truncó su carrera como jugador.

Como técnico llevó al Murcia a Primera División (1976) con un equipo plagado de canteranos. Se sentó en los banquillos del Oviedo, Cartagena, Yeclano (donde dirigió al hoy técnico herculano Vicente Mir) y Novelda, entre otros.

José Víctor Rodríguez falleció ayer en Murcia a los 71 años.