Este mes de marzo que hoy echa a andar se presenta especialmente agitado en los despachos. Está prevista la resolución europea sobre el aval de los 18 millones de euros concedidos por el Consell al Hércules y, además, el dirigente blanquiazul Juan Carlos Ramírez amenazó ayer con abandonar el club si su plan no recibe el apoyo necesario. «Tenemos un plan de salvación para el Hércules y en cuestión de días, probablemente esta semana, se lo presentaremos al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y también al Ayuntamiento, en este caso por respeto y deferencia porque realmente no pinta nada», explicó ayer Ramírez en Onda Cero Alicante. Y añadió: «Si el proyecto no gusta, le daremos las llaves del Hércules a la Generalitat. Ellos tienen el poder ahora. ¿No será mejor salvar al club que dejarlo morir? Presentaremos un plan para devolver todo lo que hay que devolver, pero debemos tener su visto bueno y respaldo. No necesitamos un euro de nadie, pero sí estar apoyados. No podemos continuar en esta situación de interinidad», añadió Ramírez.

El empresario vasco reconoció que trazó, junto a Enrique Ortiz, un plan de viabilidad hasta el pasado diciembre porque desde el Ayuntamiento se insistía en la subasta del club y la llegada de diferentes inversores que finalmente no han aparecido por ningún sitio. Y Ramírez vaticinó ayer que no aparecerán: «Seamos serios, ¿qué inversor va a venir a un club que no tiene ni estadio ni campo de entrenamiento en propiedad? Lo que sí tiene es una deuda millonaria con el IVF y otra de 20 millones en el concurso». E insistió en su mensaje a la Generalitat: «Deben elegir si quieren cobrar a plazos y en función de la categoría en la que estemos, o bien dejar morir a un club histórico y muy importante para Alicante. Insisto en que queremos seguir manteniendo vivo al Hércules, pero con luz y taquígrafos. La Generalitat debe tomar una decisión y luego ser consecuente con ella».

Ramírez garantizó la semana pasada a la plantilla que cobraría hasta junio pero ayer no quiso manifestarlo públicamente y señaló que «todo está en el aire» al tiempo que insistió en que «los que ponemos dinero en el Hércules no podemos seguir en esta situación de interinidad». «El Hércules está en la UVI de Segunda B. Si subimos a Segunda se podrá cancelar la deuda con mayor celeridad, que es lo que deseamos todos», añadió.

El empresario vasco no considera que esté invirtiendo dinero en el Hércules a fondo perdido porque confía en devolver al equipo al fútbol profesional. «El fútbol es el único vicio que tengo y el proyecto me ilusiona. Tengo de socio a Enrique Ortiz pero ya todo el mundo sabe que él se ha desvinculado totalmente del día a día y no toma ninguna decisión. A mí me gusta y quiero seguir aquí, pero respaldado por las instituciones con luz y taquígrafos. Yo no engaño a nadie, voy de frente y digo lo que hay. Espero que conmigo y con el Hércules actúen igual porque hay mucho en juego y cada uno deberá apechugar con las decisiones tomadas», concluyó Ramírez.