Hotel NH Cornellá. Domingo, 8.30 horas. Juan Carlos Ramírez toma asiento para desayunar sin disimular los nervios ante el partido que poco después tendrá lugar en Badalona. El directivo del Hércules recuerda que en esos minutos previos siempre aparecen «los gatos en el estómago». «Hay que ascender», subraya, «porque el ascenso soluciona muchas cosas». ¿Y si no es así? , pregunto. «Tenemos una hoja de ruta que pronto se conocerá».
La pregunta que está en la mente de todos los herculanos es si el Hércules va a seguir existiendo.
Si hay ascenso a Segunda División, evidentemente se solucionan muchos problemas. Aparecen ingresos que en Segunda B no existen, y el club sería capaz de cumplir con todos sus frentes.
¿Y si no se asciende?
Pues todo se complica, pero manejamos una hoja de ruta perfectamente asumible por todos que, además, no puede contrariar a nadie que quiera la supervivencia del club.
Cuéntenos.
Antes queremos exponerla a la Generalitat y al Ayuntamiento. Lo que sí puedo decir es que la hoja de ruta para salvar al club existe y que ahora solo falta que el Ayuntamiento y la Generalitat o representantes del IVF se sienten en una mesa con nosotros para darle luz verde.
¿Y se curan los males?
Los males son muchos y complicados, pero sí podríamos dar curso a la fórmula para despejar el camino e intentar llevar al Hércules donde debe estar. Para eso solo pedimos colaboración, que no nos pongan piedras en el camino. Nada más. Si todos pretendemos salvar al Hércules, hay que demostrarlo apoyando. Si se muere perjudica a todos. Aquí ha quedado claro que no va a venir ningún salvador a curar las heridas. Se dijo que había uno dispuesto, pero han pasado los meses y no ha aparecido. Después se escuchó que no podía venir porque se debían 18 millones al IVF, algo que no se entiende bien pues esa cantidad ya se adeudaba cuando se anunció que había interesados y dispuestos. Lo que yo digo es que la realidad es la que es. Y al Hércules lo tenemos que salvar los que estamos aquí. Y para eso necesitamos colaboración, no que nos pongan palos en las ruedas. En ese último caso, el Hércules quedaría condenado. Y eso no lo queremos nadie.
Colaboración, dice.
No se puede pretender que Enrique (Ortiz) y yo estemos poniendo dinero para cubrir los gastos en un pozo sin fondo, intentando sacar el Hércules a flote mientras se deja caer que a la vuelta de la esquina nos pueden dar una patada y dejar en la calle.
¿Y qué pide?
Sentarnos alrededor de una mesa para negociar y encauzar la solución. Generalitat, Ayuntamiento y nosotros debemos hablar cuanto antes. El Hércules es una cosa de todos, así que espero y deseo que las instituciones acepten consensuar el camino.
En el futuro inmediato se avistan curvas. La primera la decisión inminente de la Comisión Europea acerca de las ayudas ilegales: Los 18 millones al Hércules, los 14 al Elche...
El Hércules quiere pagar, cumplir con esa deuda. Hay que esperar a ver qué dice la resolución de Bruselas, pero yo ya avanzo que el club tiene toda la intención del mundo de pagar sus deudas.
¿Cómo?
Ahí radica el asunto. Está claro que en Segunda B poco se puede hacer. Pero una vez se regrese a la LFP el asunto cambia. Hay que pactar un calendario de pagos para satisfacer a todos. Enrique y yo estamos dispuestos a eso. Por ello queremos sentarnos y hablar. Por ahí se debe empezar. Ahora solo falta que la Generalitat, el IVF y el alcalde de Alicante nos reciban para concretar el asunto.
¿Un paréntesis si se milita en Segunda B y comenzar a pagar cuando se regrese a Segunda?
Evidentemente. Hoy por hoy estamos donde estamos y los recursos que se generen unidos a nuestras aportaciones deben ir destinados a sacar al club de este hoyo. Necesitamos por parte de las instituciones tranquilidad. Queremos tirar del carro, pero necesitamos que no nos ahoguen. Eso es imprescindible.
